Un crack del Real Madrid cuenta los escandalosos privilegios de los enchufados de Zidane

Los méritos no cuentan en el vestuario del Madrid y el futbolista explota con tanta injusticia

«Tenemos que hablar». Cuando alguien escucha esta frase ya puede echarse a temblar. Las conversaciones que empiezan con estas palabras suelen terminar bastante mal.

Zinedine Zidane escuchó esta frase de uno de sus jugadores y enseguida supo que llegaban los problemas.

No son nuevos, los arrastra desde el principio de la temporada. O antes. Y ha callado hasta que alguien le ha dicho lo que pasa en el vestuario.

Los privilegiados

El capitán Sergio Ramos, que debería ser el primero dar ejemplo al resto de sus compañeros, sigue realizando sus escapadas a Sevilla.

Después en el campo se nota su cansancio y es evidente que no se conecta a los partidos. Tiene la cabeza más allí que aquí. Sus guerras personales tampoco ayudan. Basta ver lo ocurrido entre la Copa y la Liga en el Ramón Sánchez Pizjuán.

Cristiano Ronaldo, otro crack en el que se miran tantos futbolistas. Hace y deshace como quiere. No ha sido nunca un fan de las fiestas nocturnas, pero sí le encanta salir de vez en cuando a tomar algo o a cenar.

Últimamente son demasiadas las veces que se le ha visto más de la cuenta por algunos locales de moda. Además, el jet privado a Marruecos también ha vuelto a estar en constante movimiento.

No son los únicos. Karim Benzema es el gran protegido y amigo del entrenador. Por muy mal que juegue tendrá el sitio asegurado. Siempre estará por delante del resto. Con el francés la meritocracia no existe.

Álvaro Morata, por ejemplo, ha participado en 20 partidos, en su mayoría de suplente, en los que suma nueve goles. Solo en Liga ha marcado 5 en 635 minutos.

Benzema también ha anotado nueve goles en 20 partidos, pero el francés ha sido casi siempre titular. En Liga, por ejemplo, ha visto puerta las mismas veces que Morata (cinco) pero en 819 minutos. Los números cantan por sí solos.

Marcelo es el otro gran señalado. Junto a los anteriores ha llegado a presionar al míster para condicionar las alineaciones.

Zidane hace la vista gorda con los cuatro capos del vestuario y un jugador le ha cantado toda la verdad. Está harto de tantos privilegios y de que el técnico se limite a la callar y mirar hacia otro lado.

Se desata la indignación

Álvaro Morata se ha cansado. El canterano trabaja como nadie en los entrenamientos y en los partidos. Sin embargo siempre tendrá a los protegidos por delante. Da igual lo que haga.

Los méritos y el trabajo no importan. Solo los nombres. Y así se lo ha hecho saber al entrenador. Está cansado de que su esfuerzo caiga en saco roto y ya no esconde lo que pasa de verdad en el vestuario blanco. Sabe que, por mucho que haga, mientras siga habiendo intocables está muerto.