Sergio Ramos rechaza la oferta de renovación de Florentino Pérez

A medida que van pasando las semanas, la tensión entre Sergio Ramos y Florentino Pérez no hace otra cosa que crecer. La relación entre el capitán y el presidente nunca ha sido fácil, y han sido varias las veces que han llegado a momentos de mucha tensión.

De hecho, hace dos temporadas, cuando el Madrid se quedó en blanco haciéndolo el ridículo con dos cambios de entrenadores en una misma temporada, Ramos y Pérez tuvieron un fuerte cara a cara en el que el de Camas llegó a poner encima de la mesa su salida siempre y cuando el club le pagara lo que le quedaba de contrato.

Llegó entonces el retorno de Zidane y, con él, la calma. Pero ojo porque, teniendo en cuenta que el central acaba contrato el próximo verano, las negociaciones de cara a ampliarlo siguen en marcha. Y no van precisamente por buen camino.

Sergio Ramos quiere mejores condiciones

Sobre todo para el presidente, que ve cómo su capitán no acepta la oferta que le ha puesto encima de la mesa. Pérez ha accedido en darle dos años más de contrato al central, algo que no quería pero que, dadas las circunstancias y que Sergio sigue demostrando que está muy en forma, es entendible.

Eso sí, no quiere llegar a la mejor de ficha que desde el entorno del andaluz se está reclamando. Sergio tiene muy buenas ofertas más allá del Real Madrid. Entre ellas, una del PSG, donde ya le han hecho saber que en París se le pagará lo que pida, y varias de ligas exóticas como la MLS, donde David Beckham ya está intentarlo convencerle para que acabe su carrera en su Inter de Miami.

Pero Sergio quiere quedarse. No quiere acabar su paso por el Madrid como lo acabaron grandes capitanes de su historia como Raúl González o Iker Casillas. Ramos sabe que es uno de los ídolos de la afición. Su camiseta es una de las más vendidas (puede hacerte con una camiseta oficial del Real Madrid en Amazon desde 51.77 euros), y la afición no entendería que el presidente no le diera lo que pide. El de Camas sigue tensando una cuerda que empieza a estar demasiado al límite.