Sergio Ramos mete una bomba de relojería en el vestuario del Real Madrid

Las actuaciones de capitán crean un problema mayúsculo en el equipo blanco

Algo falla. Que un defensa aparezca para solucionar partidos que parecían perdidos es una buena noticia para cualquier equipo. Que sea el central el que saque las castañas del fuego cuando las cosas no van bien es un aviso a navegantes.

Como en Nápoles (y tantas otras veces) el capitán Sergio Ramos volvió a aparecer para asegurar la victoria de los blancos frente al Betis.

Un testarazo (otro) a la salida de un córner que calmó los ánimos de un Bernabéu que temía que otro mal partido de los de Zinedine Zidane les dejara sin celebrar la victoria y el liderato.

Pan para hoy, hambre para mañana

La euforia con el de Camas invade al madridismo. Es el último héroe de la afición. Hace días que desde muchos sectores se escucha la misma frase: «El Real Madrid es Sergio Ramos«.

Y sí, lo importante es ganar los partidos. Pero no. Ese no es el camino. Al menos para el Real Madrid. No para el mejor club del Siglo XX.

Así lo cree Cristiano Ronaldo. El portugués no lleva nada bien el protagonismo del andaluz. Y no es sólo una cuestión de ego.

El juego pasa cada vez menos por los pies de CR7 mientras el ex del Sevilla soluciona la papeleta.

Mal negocio

El Balón de Oro/The Best lo tiene claro y avisa: si Ramos es el que tiene que meter los goles, ser el jugador clave, es que algo se está haciendo muy mal en el juego del equipo.

Son los delanteros los que deberían solucionar los partidos. El juego del equipo debería estar enfocado a ello. No se puede dejar el destino del equipo en la cabeza de un zaguero. La suerte no durará siempre. A Cristiano no le agrada, y tampoco lo entiende.