Santiago Bernabéu quiso fichar a Cruyff para el Real Madrid

La oferta de Agustí Montal y el interés del jugador holandés por jugar en el Barça desbarataron la posibilidad de que el 'crack' del Ajax recalara en Chamartín

«No fiché a Cruyff porque no me gustaba su jeta», diría luego Bernabéu. Que al igual que la zorra de Esopo, era como decir que no se comía las uvas porque «no estaban maduras». 1973 fue un año trascendente para el fútbol español con la llegada de los jugadores extranjeros, dos por plantilla. En la Europa futbolística reinaba el Ajax de Amsterdam, presidido por Jaap van Praag, judío holandés que perdió a sus padres y hermana en los campos de exterminio de Auschwitz. Bajo su mandato [1964-1978], y, concretamente, desde 1965 a 1974, el equipo neerlandés, liderado por un espigado Johan Cruyff, ganó seis Ligas, cuatro Copas, tres Copas de Europa y una Intercontinental.

El Ajax y el Real Madrid mantenía una buena relación por el vínculo de la multinacional electrónica Philips. Según cuenta el propio Cruyff en el documental El último partido. 40 años de Johan Cruyff en Cataluña, Van Praag había decidido venderlo a la Casa Blanca y se lo ofreció a Bernabéu. Don Santiago, muy mirado con las pesetas del club y las suyas propias –falleció sin un duro, el Madrid tuvo que hacerse cargo de la pensión de su viuda–, antes de ficharlo, quiso cerciorarse de la idoneidad de Cruyff como futuro jugador madridista.

Oferta insuficiente del Madrid

En mayo, el pope blanco acudió a Amsterdam para asistir al encuentro amistoso entre las selecciones de Holanda y España (3-2) y, veintiocho días después, presenció en Belgrado la final de la Copa de Europa entre el Ajax y la Juventus (1-0). Santiago Bernabéu, que de tonto no tenía ni un pelo, aprobó el fichaje. Pero se iba a encontrar con un escollo insalvable. En realidad, dos. El económico y la negativa de Johan Cruyff de fichar por el Real Madrid.

El Ajax pedía por el crack holandés 50 millones de pesetas (300.500 euros) y el Madrid únicamente ofrecía 30 (180.303 euros). Cuando quiso subir a 60 (360.607 euros), ya era demasiado tarde. El abogado y economista Armand Carabén, gerente del FC Barcelona [1970-73], se había presentado en Amsterdam en nombre del presidente Agustí Montal Costa [1969-1977] con un cheque de cien millones de pesetas (601.012 euros), cantidad que no disponía el Madrid.

La pena de Agustín Domínguez

Por parte del conjunto de Chamartín llevó la negociación Agustín Domínguez. Fue la mayor pena de su época madridista. No haber fichado al Tulipán de Oro, Johan Cruyff.

Bernabéu declaró sobre el frustrado fichaje y las altas pretensiones económicas de Cruyff: «Eso es inadmisible. Aquí ningún recién llegado va a cobrar más que los que están. Si quiere tener el mayor salario, se lo tendrá que ganar en el campo». El Madrid respondió al movimiento del Barça fichando a una de las estrellas del Borussia Mönchengladbach que en los setenta disputó al Bayern de Múnich la primacía del fútbol alemán, Günter Netzer.

El 19 de agosto de 1973, Van Praag firmaba el traspaso de Cruyff al FC Barcelona. El Balón de Oro holandés se presentó en el Camp Nou el 5 de septiembre, en un amistoso frente al Círculo de Brujas (6-0), y debutó oficialmente con la camiseta azulgrana, el 28 de octubre, ante el Granada (4-0), con dos goles suyos. Esa misma temporada el Barça del peruano Hugo Cholo Sotil, Asensi, Rexach… le endosaría el histórico 0-5 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, y se proclamaría campeón de Liga después de catorce años. La última vez que los culés se habían hecho con el campeonato, se remontaba a la temporada 1959-60, con Helenio Herrera en el banquillo y Ramallets, Gensana, Segarra, Olivella, Kubala, Czibor y Kocsis… en la plantilla.

Problemas de «envidia» en Amsterdam

Cruyff, estando ya en el Levante UD, confesaría años después a Miguel Vidal, legendario reportero del diario As, que su etapa como jugador del FC Barcelona fue «una época fabulosa, de las mejores de mi vida. Me sentí muy a gusto en Barcelona». Y cuando el periodista mallorquín le pregunta si había fichado por el Barça por dinero, respondió: «No. Mi marcha del Ajax se debió a problemas de envidia. Se imponía un cambio de aires y el fútbol español me interesaba como experiencia personal». Al final de la entrevista, Miguel Vidal le pregunta cómo desea que le recuerde el aficionado, y he aquí la respuesta de Johan Cruyff: «Quiero que me recuerde como un buen jugador que ha aportado algo al fútbol, y no como un pesetero, que es una falsa leyenda que circula por ahí sin demasiado fundamento».

Pesetero, o no, con Cruyff cambió la historia del FC Barcelona. Ya había pasado antes con Ladislao Kubala, y volvería a suceder años después con Leo Messi.