Piqué o la bronca más bestia con Sergio Ramos que revienta el Mundial para España

Los pesos pesados de la selección rompen sus relaciones con la destitución del próximo entrenador del Real Madrid

Rubiales ha destituido a Julen Lopetegui en una rueda de prensa improvisada, sin ningún tipo de respuesta coherente ante la prensa y sin un atisbo de quién puede ser el sustituto del hasta ahora seleccionador.

Entonando una ristra de justificaciones de “compromiso con los valores” y “respeto al futbol español”, Rubiales ha tomado una decisión que descabeza a la selección a sólo dos días de empezar el Mundial de Rusia.

La rueda de prensa, eso sí, empezó con retraso. Y lo hizo porque hasta el momento en que el nuevo presidente de la Federación anunció el despido inmediato de Lopetegui, las discusiones internas hacían imposible un acuerdo.

Rubiales, mostrando su vertiene más castiza, “cogió el toro por los cuernos” en el desacuerdo del vestuario, y deja a la plantilla partida en dos. Hay dos lados claramente enfrentados, liderados por Gerard Piqué y Sergio Ramos.

La Selección Española, dividida

Los centrales del combinado nacional nunca han ocultado sus diferencias, pero su relación fluía sin roces directos en los últimos tiempos, más allá de los piques entre clubes.

Con las últimas horas vividas, en cambio, la pelea se ha encarnizado. Los madridistas de la Roja vieron con muy buenos ojos el fichaje de Lopetegui, y aseguraban en todo momento que no sería un problema el anuncio con su compromiso en la selección.

El Real Madrid se la juega a España

Una buena parte del vestuario, en cambio, vio la forma de actuar de Florentino Pérez y el Real Madrid como una estocada a la selección. Pese a que su enfado no les llevó a pedir la dimisión del técnico, entienden la decisión de Rubiales, y ahora señalan directamente a sus compañeros de equipo.

Piqué y su círculo acusan a Ramos y los madridistas de haberse cargado el Mundial. Rusia será el último campeonato de Iniesta, y puede que también de Piqué.  Y quizás de Busquets. Estaban totalmente centrados en su celebración y el adiós de Lopetegui frustra sus planes.

Se ha abierto una brecha y el Madrid se ha quedado sólo. Las formas de Florentino no han ayudado, y la cabezonería de Rubiales ha sido el empujón definitivo en el aislamiento.