Gerard Piqué ha mandado un aviso al Barça. Al cuerpo técnico, en concreto. El mejor zaguero central del que dispone Luis Enrique ha mostrado síntomas de agotamiento en las últimas fechas. El GPS que realiza el seguimiento a los jugadores ha deslizado que el 3 necesita descanso. Y descansó ante Las Palmas. Ni siquiera se subió al avión para el desplazamiento más largo de la Liga. Lo disfrutó desde casa, en Barcelona.
El exigente partido en el Insular desveló que el Barça empieza a sufrir problemas físicos. El agotamiento gana protagonismo entre la plantilla. Piqué es uno de los jugadores sin recambio en el vestuario y, por lo tanto, uno de los más expuestos. Sus suplencias no han sido extrañas en el último mes y medio, favorecidas en algunos casos por los buenos resultados en eliminatorias de Copa.
Piqué vio desde el banquillo la goleada del Barça al Betis (4-0) en la jornada 17, 30 de diciembre. Cuatro jornadas (J21) después, se perdió el duelo en Málaga (1-2) por acumulación de tarjetas. Y cinco después (J25), se ha quedado fuera de la convocatoria para el partido contra Las Palmas (1-2). A estas bajas hay que añadir la ausencia en el partido de vuelta de octavos de Copa, así como en la vuelta de semifinales de la competición monárquica (en la ida jugó 61 minutos). El staff cuida el más mínimo detalle para gestionar los esfuerzos.
