Numerito de Cristiano Ronaldo en el Villamarín

La actitud del astro portugués en el campo del Betis  indignó a sus compañeros

Hay escenas que retratan perfectamente a una persona. El domingo, Cristiano Ronaldo quedó en evidencia. Al acabar el partido contra el Betis, todos sus compañeros intercambiaron palabras y camisetas con los rivales. Él, en cambio, se marchó a toda prisa hacia el vestuario del Benito Villamarín. Cabizbajo, Cristiano aceleró para ocultar su frustración.

Cristiano Ronaldo era la viva imagen de la impotencia. No tanto por el empate del Real Madrid, que se queda a cuatro puntos del Barça (un partido menos) y del Atlético, sino por otra decepcionante actuación particular. El futbolista portugués, obsesionado con marcar, terminó el partido sin poder rescatar a su equipo. Una vez más, la estrella estuvo apagada y no quiso compartir su malestar con nadie.

La actitud

La actitud de CR7 molestó, una vez más, a sus compañeros. En el vestuario del Bernabéu aumentan las voces que critican que el portugués «va por libre», que «exige un liderazgo que luego no se plasma en el campo» y que sólo está obsesionado con los premios individuales. Él no hace piña y su egoísmo genera mucha tensión en la plantilla y en los despachos.

Cristiano se fue del Villamarín con cara de pocos amigos. Durante el partido gesticuló mucho, como siempre, convencido de que el equipo no le ayuda. Su situación es cada vez más insostenible y todo parece indicar que la próxima temporada no jugará en el Real Madrid. Florentino escuchará todas las ofertas. De momento, ninguna parece ser muy atractiva por un futbolista en pleno declive.