¡Messi se lo carga! Y lo cambia por él. Florentino Pérez no mueve un dedo. ¡Bomba final en el Barça!

El capitán azulgrana y el trueque del que todos hablan en el Camp Nou

​Leo Messi es un tipo al que no le gusta muchos hablar en público. No es una de esas estrellas del fútbol que gozan de las cámaras y de los micros y que disfrutan cuando la atención mediática recae en él. Todo lo contrario.

Eso sí, por mucho que se sienta incluso incómodo y tímido cuando tiene que hacer alguna entrevista, sabe muy bien qué mensajes tiene que enviar. Y en sus últimas entrevistas, ha habido un nombre que ha aparecido en todas: Neymar.

El argentino, para sorpresa de muchos culés, alaba siempre que puede a su amigo Ney. Si bien es cierto que en un primero momento el vestuario, con Leo a la cabeza, se sintió molesto al ver como el carioca se marchaba al PSG tan sólo para ganar más dinero, con el paso del tiempo la relación ha vuelto a ser la misma. Es más, como el mismo Messi apuntó en una de sus entrevistas, él, Suárez y Ney siguen manteniendo un grupo de WhatsApp en el que, de vez en cuando, hablan.

Messi, Suárez, Neymar

El trueque de Leo Messi

Un Messi que ya le ha hecho saber a la junta directiva del Barça que este verano, sí o sí, el carioca debe regresar. De hecho, cuando apenas habían pasado unas semanas desde que se cerró el mercado el verano pasado, Leo soltó una bomba teledirigida hacia Bartomeu y los suyos (con los que no tiene una muy buena relación), asegurando que no sabía si el club había hecho todo lo posible para fichar a Ney.

En este sentido, parece que la junta ha tomado nota y, viendo además que la delantera del Barça necesita refuerzos de primer nivel, parece que este verano sí que la ofensiva por el extremo será más bestia.

Y uno de los motivos es que ha sido Messi el que, de hecho, les ha dejado muy claro a los directivos quién debe de ser el jugador que ayude a que la operación se lleve a cabo. Y ese no es otro que Antoine Griezmann.

Un Griezmann que el vestuario culé nunca quiso (y más tras su famosa ‘decisión’) y que, como se ha podido comprobar tal y como muchos aseguraban antes del fichaje del galo, no es que haya encajado precisamente muy bien ni el terreno de juego ni en el vestuario.

La idea que tiene Leo en la cabeza es la de enviar a Griezmann a París y así facilitar que el PSG, un club que mantiene unas relaciones muy tensas con el BarçaBarça, se abra a negociar la venta del carioca.

No es una operación fácil, pero es evidente que, teniendo muy claro que este verano Neymar sí que va a mover ficha y va a presionar a Nasser Al-Khelaïfi para que le deje salir, meter a Antoine, un héroe en Francia, en el traspaso, parece ser una opción más que interesante para los dos clubes.

De momento falta aún mucho (y ojo porque no se sabe aún ni cómo ni cuándo acabará esta temporada paralizada por el coronavirus) para que llegue el momento de los fichajes, pero en el Barça ya están empezando a moverse. Leo, de hecho, no ha podido ser más claro en este aspecto: quiere a Neymar en Barcelona y a Griezmann en París.

Antoine Griezmann | EFE

Florentino Pérez no mueve un dedo

Una operación que Florentino Pérez está viendo desde la distancia. Desde mucha distancia, de hecho. Y es que, si bien es cierto que hubo un tiempo en el que el fichaje de Neymar estuvo encima de la mesa del presidente del Real Madrid, ahora ya no.

El principal motivo es que el máximo responsable del club blanco prefiere, cómo no, ir a por un Kylian Mbappé que ya le he hecho saber también al máximo responsable del PSG que su deseo es vestirse de blanco.

Sin embargo, son muchos en el Bernabéu los que consideran que, si bien es cierto que Neymar puede aportar un plus al Barça en el apartado deportivo, todo lo que rodea al carioca (polémicas, vida social, líos en el vestuario y en el campo, etcétera) puede ser la gota que colme el vaso de un Barça que está peligrosamente cerca de hundirse del todo.

Florentino Pérez | EFE

Florentino sabe muy bien que, por mucho que a Messi poco le importe lo que haga Neymar fuera del campo, buena parte de la afición no le ha perdonado ni su salida ni sus denuncias al club por lo que, a la mínima que el juego del carioca (si es que llega) no sea brillante, el Camp Nou puede convertirse en un polvorín. De ahí que el presidente blanco no mueve un dedo. Él tiene otras prioridades.