Messi, Luis Suárez y Piqué o el Barça que viene: un chollo en enero, un galáctico, una sorpresa y un despido bomba

Se aceleran los movimientos en los despachos culés

A simple vista, uno podría pensar que el FC Barcelona está firmando una temporada casi perfecta. Líderes en la Liga, clasificados como primeros de grupo de forma sobrada en la Champions League y en octavos de final de la Copa del Rey, después de haber eliminado sin apuros a la Cultural Leonesa.

Sin embargo, si uno se para a mirar con lupa las evoluciones del equipo en estos meses, la situación deja que desear. El equipo culé atraviesa momentos de juego en el que ofrece muchas dudas. Al conjunto de Ernesto Valverde le cuesta encarrilar los partidos. Sobre todo en los choques en los que los cracks no están enchufados.

Coutinho o “Hay una bomba en el Barça”. Y no es Messi, Piqué, ni Suárez | EFE

Así lo consideran algunos de los responsables de la entidad catalana, que con la llegada del 2019 están a punto de poner en marcha algunas operaciones que tendrán mucha repercusión en el Camp Nou.

El chollo del mercado invernal

La primera de ellas podría producirse en el mismo mercado invernal. El centrocampista del Paris Saint-Germain Adrien Rabiot sigue sin renovar con el conjunto francés y en la capital francesa son conscientes de que si no se lo sacan de encima en las próximas semanas, verán como se marcha en junio con la carta de libertad. Y Josep Maria Bartomeu y compañía no quieren perder la oportunidad.

Un fichaje que además sería un chollo absoluto, pues la operación podría cerrarse por alrededor de unos 20 millones. Así, Sergio Busquets ya tendría relevo a corto plazo mientras esté en el Barça y a largo plazo cuando llegue el momento del cambio generacional.

Mientras tanto, en la T4 del Camp Nou no aparcan otras operaciones que tienen en mente para el próximo verano.

Un galáctico en verano

Una de ellas sería la llegada de un galáctico para el ataque. Un delantero centro de primera línea que termine sustituyendo a un Luis Suárez al que cada vez pesan más los años. Y es que el uruguayo cumplirá en enero 32.

Luis Suárez | EFE

En este sentido, los responsables culés saben que si el recambio no es un galáctico, Leo Messi no permitirá el intercambio. La única forma de compensar al de Rosario la pérdida de uno de sus protegidos es la calidad.

Antoine Griezmann ha vuelto a sonar con fuerza en las últimas semanas y no se descarta en la ciudad condal renegociar su aterrizaje en el Camp Nou. Pero el galo no es el único. Harry Kane también está en la agenda de Eric Abidal. El británico tiene un perfil más parecido al de Suárez que Griezmann cada vez más le ven como un buen recambio para el sudamericano.

Un fichaje que, también hay que decirlo, dependerá en gran medida de si sale Ousmane Dembélé. Lo ingresado por su venta sería lo destinado a la llegada de un nuevo crack. Si el galo se queda, estos planes serán modificados. Las arcas del club, y más con el Espai Barça en el horizonte, no pueden soportarlo todo.

Un fichaje sorpresa

La tercera operación que tienen en mente en las oficinas culés tiene que ver con otro centrocampista, pero de un carácter más ofensivo. Frenkie de Jong era el favorito, pero en las últimas semanas se ha enfriado el interés por el holandés.

Las miradas están ahora en jugadores como Milimkovic-Savic, de la Lazio, o Marco Verratti, del PSG. Futbolistas más contrastados y con más experiencia en grandes competiciones.

El despido bomba

Sobre todo teniendo en cuenta el despido bomba que se planea en el Barça: Ivan Rakitic.

El jugador croata recibió una oferta el pasado verano del PSG de lo más suculenta y todas las partes estaban dispuestas a firmar. Sin embargo, Ernesto Valverde le pidió a Ivan que se quedara. No estaba dispuesto a perder a otro crack de la medular tras la salida de Iniesta.

Rakitic acordó con el Txingurri rechazar la oferta gala, pero a cambio pidió ser titular absoluto en todos los partidos. El míster aceptó, pero al centrocampista también le pasan los años, y si el equipo quiere seguir creciendo no puede quedar hipotecado a la promesa de un técnico a un jugador. Y menos si pasa de la trentena. Si llega una buena oferta, adiós.