Messi frena un negocio en Catalunya por el ‘procés’ independentista

La estrella del Barça tampoco se arriesga a invertir en la tierra que le dio de comer

Catalunya dio de comer a Leo Messi y su familia cuando decidieron emigrar de su Rosario natal. Argentina no era una tierra de oportunidades, y pasó una crisis letal.

La familia Messi marchó a Barcelona porque allí alguien confiaba en el talento, sin parangón, de su hijo Lionel Andrés. Con tan solo 13 años hizo las maletas rumbo a otro continente.

17 años más tarde, Messi es la estrella del Barcelona. Se ha convertido en el mejor jugador del mundo y en un multimillonario que se puede permitir toda clase de lujos.

Sin embargo, en los negocios no termina de tener demasiada fortuna. Al menos, eso es lo que se desprende de las duras críticas gastronómicas que recoge el restaurante que abrió junto a los hermanos Iglesias hace un año y medio en L’Eixample.

Pese a ello, el crack nunca desfallece. Es por ello que se lanzó a la conquista de un nuevo mercado: la noche barcelonesa a pie de playa en Sitges.

En la hermosa ciudad costera, Messi pretendía abrir un Beach Club. Bajo el nombre de Playa Padre, una franquicia que solo tiene un chiringuito en España, pero triunfa como la espuma: en Marbella.

Todo iba sobre ruedas hasta que los últimos acontecimientos en Catalunya, su segunda tierra, han frenado al crack rosarino. El ‘procésindependentista no le hace ni pizca de gracia. Y menos si pone en juego 500.000 euros

Muchas empresas importantes, prácticamente casi todas las catalanas del Ibex35, han hecho las maletas en las últimas semanas. Invertir en tierras catalanas es síntoma de inseguridad. Al menos, así lo han entendido los asesores de Messi, que ha parado el ‘procés‘ de su chiringuito.

«El jugador ha decidido poner en barbecho su inversión. La situación económica y social en la región no es la mejor. Y abrir un local así requiere dejarse como mínimo medio millón antes de abrir», explica El Español.

«No es sólo Messi el que ha parado su local de playa. Es que en Catalunya no se mueve nada. Las inversiones se han frenado en seco”, añaden.

Y zanjan en la misma línea: “Y ello incluye el mundo de la noche. La restauración de lujo es cara, y pagar elevados cánones para abrir en un ambiente de crisis no se ve viable«.