Messi: «¡Dejadme! Es por mi mamá, yo lo arreglo, ¡dejadme!»

El futbolista tomó la iniciativa ante los insultos y escupitajos que recibió de algún hincha de River Plate

Existe algo más importante para Leo Messi que el balón de fútbol: la familia. Sus padres son intocables, y el que no respete esta premisa deberá asumir las consecuencias, como ha ocurrido en Japón con motivo de la final del Mundial de Clubes entre Barça y River Plate (3-0). El 10 azulgrana, autor del primer tanto, sufrió las iras de los hinchas argentinos antes, durante y después del encuentro. Uno de ellos cruzó la línea roja y soportó la reacción del D10S.

Ocurrió en el aeropuerto, después del control de pasaportes. Un reducido grupo de hinchas de River Plate se acercó a Messi para insultarle. A él y a su familia. «Hijo de puta», repitió un exaltado millonario, a la vez que escupió a un Leo que no pudo reprimirse y reaccionó instintivamente. El futbolista propinó un manotazo en la cabeza de este seguidor y, mientras algunos compañeros intentaban separarlos, Messi dijo: «¡Dejadme! Es por mi mamá y yo lo arreglo, ¡dejadme!».

La escena no pasó a mayores. El portero Claudio Bravo acorraló al provocador hincha. Luis Suárez tranquilizó a Messi. Llegaron inmediatamente el técnico, Luis Enrique, y Javier Mascherano, ex de River y otro de los atacados por la hinchada argentina. La familia no se toca. Leo, de hecho, tiene un tatuaje de su mamá en la espalda.