Marco Asensio o así se ríen de Vinicius en el Real Madrid: el mote que lo deja en ridículo

Vinicius sigue dando mucho que hablar en el vestuario del Real Madrid. Desde que llegó el pasado verano, el brasileño es notica. Para lo bueno y para lo malo. Lo bueno es que, pese a que Julen Lopetegui sigue sin apostar por él de forma clara al margen de unos pocos minutos, cuentan los que le ven entrenar que apunta muchas maneras.

Lo malo es que en el vestuario le han puesto un mote que, como no, lo ridiculiza. Y es que, tal y como explicó Eduardo Inda en una reciente visita al Chiringuito de Jugones, “En el primer equipo le llaman ‘Vinicius Maradona’”.

El lío con Vinicius

Un mote que, como no Marco Asensio conoce muy bien. No se sabe quién fue el instigador del mote que lo deja en ridículo, pero lo que queda claro es que el carioca no está a la altura de lo que se esperaba.

Así lo aseguró Inda: “Lo que se considera en el vestuario es que Vinicius es un gran talento pero no está para jugar en el primer equipo”, una opinión más que compartida por el staff técnico.

Es más, cuentan desde dentro que si fuera por Lopetegui el delantero se podría marchar este mismo mercado de invierno. Los minutos que ha jugado han sido fruto de las presiones que ha recibido desde el palco, no por la confianza que tenga el vasco en el de Brasil.

Florentino Pérez se gastó 45 millones de euros en un jugador que, si bien es cierto que tiene muy buena pinta, no acaba de arrancar. ‘Vinicius Maradona’ se está saliendo con el Castilla, pero de ahí a ser una estrella en el Bernabéu falta mucho. Muchísimo.

Y en los despachos lo saben, pero callan. Callan porque saben también que la vida lejos de los terrenos de juego del potencial crack no es la más deseable. Cuentan en la capital que al brasileño le gustan muchos los locales de moda, y que el balón no es precisamente su prioridad.

Quizás cuando Lopetegui sea fulminado, que avisan desde el club que es cuestión de días, el técnico que llegue sí que la dará una oportunidad. Parece difícil. Al fin y al cabo, los pesos pesados no hacen más que ridiculizarle.