Ya no pasa desapercibido. Ser jugador del Real Madrid no es una tarea sencilla. Más allá de cobrar una millonada por vestir la zamarra blanca, debes batallar con el resto de egos para ganar protagonismo dentro del campo.
Sin embargo, aquí no termina todo. También debes gestionar el hecho de que tu vida fuera del terreno de juego esté en el foco mediático.
Esto mismo le ha ocurrido a Marco Asensio. La joven revelación regresó al club merengue este verano, después de pasar una temporada en el RCD Espanyol.
En su vuelta, se ha situado en el punto de mira, ya que se ha convertido en una ficha intocable para Zinedine Zidane. El balear no es titular indiscutible, pero el francés no quiere dejarle escapar. Es la joven joya de la corona.
Con sus destellos de calidad, sus jugadas eléctricas y sus seis goles totales marcados en las competiciones oficiales, el mallorquín se ha ganado la continuidad en el Madrid. Está en el punto de mira.
¿Ruptura?
Sin embargo, en los últimos días está en el ojo del huracán por un tema extradeportivo. El centrocampista regresó al Santiago Bernabéu muy bien acompañado. Marina Muntaner, era la joven modelo que acompañaba a Asensio.
Este verano, los dos jóvenes confirmaban su romance y se dejaban ver juntos. Tanto en apariciones públicas como en imágenes colgadas en las redes sociales, los dos personajes gritaban a los cuatro vientos su amor.
Aun así, parece que algo se ha truncado en las últimas semanas. Por el momento no se puede hablar de ruptura confirmada, aunque un mensaje de Marina ha hecho saltar la alarma.
El futbolista y la modelo llevan varias semanas sin colgar ninguna publicación juntos y sin deleitarse de la compañía del otro. Por ello, la duda estaba servida.
Ahora bien, Muntaner aún ha avivado más los rumores al colgar en Instagram un mensaje sutil y directo: «No es ir a por todas, es ir a por una y que valga la pena». Aquí no queda todo. En las últimas horas también ha colgado otra pulla. ¿Irá por Marco?
Ninguno de los dos protagonistas ha confirmado ni ha desmentido nada, pero las habladurías de una posible ruptura están sobre la mesa.
