La venta millonaria del Barça (con sorpresa) para cuadrar la caja

El club azulgrana prepara una salida importante para compensar las inversiones realizadas este verano

Josep Maria Bartomeu prepara una venta millonaria para el Barça. Después de la sentencia que le obliga a pagar 47 millones de euros por la recompra de los terrenos de Can Rigalt y de invertir 80 millones en los fichajes de Denis Suárez, Umtiti, Digne y André Gomes (Vietto costará 22), le obligan a vender a un futbolista para cuadrar las cuentas. Claudio Bravo y Arda Turan son quienes tienen más números para irse, si algún club paga 20 y/o 30 millones de euros. Hay una tercera opción, menos popular. La de Ivan Rakitic, que sigue sin renovar su contrato con el Barcelona. Por él, el club podría ingresar 50 millones.

El fallo de los tribunales que obliga a deshacer una operación del año 2005 cogió por sorpresa a todos, puesto que había indicios objetivos como para confiar que los tribunales no se cebarían con el Barça. «Teníamos un informe que decía que había sólo un 10 o un 20% de posibilidades de perder ese pleito. Y, desgraciadamente, lo hemos perdido. Ahora lo llevamos a la cuenta de resultados y punto. Es un tema zanjado», explica a GOL un miembro de la junta directiva culé. Otro directivo añade que «en realidad, es un asunto en el que el club no tiene nada que ver. Nosotros no tenemos la culpa de que en esos terrenos no se pueda construir. No fue una operación finalista. La urbanización se hará algún día, lo malo es que no sabemos cuándo».

Atentos a la deuda

De momento, el club no piensa variar sus objetivos. Mantiene el dinero para fichajes, pero vigila de cerca la deuda y que no se incumpla el ratio que no permite que ésta duplique el ebitda (beneficio antes de impuestos, intereses, depreciaciones y amortizaciones). «El año pasado, no se incumplió. Si en este ejercicio sobrepasamos ese ratio, tendremos dos años para volver a equilibrar el patrimonio o es obligatorio convocar elecciones».

Pero, en último extremo, la convocatoria de nuevas elecciones es una posibilidad «tan remota que es prácticamente imposible». La solución para evitar esa debacle sería muy sencilla: «Vender a uno de los cracks. Esa operación salvaría las cuentas y dejaría solucionado el tema de una vez por todas». El crack a vender tiene nombre, pero se guarda celosamente en la cúpula para evitar discriminaciones y conflictos en el interior de la plantilla.