La soberbia de Ter Stegen irrita a un sector de la plantilla

El portero nunca reconoce los errores y es incapaz de generar total seguridad

Marc-André ter Stegen es un tipo peculiar. Obsesivo. Un portero que regresa antes de las vacaciones para quitarle el puesto a su rival bajo palo, que deshecha unos guantes si alguien se los ha puesto antes, y que aprende un buen castellano en tiempo récord. Una persona excesivamente confiada que, lejos de tranquilizar a sus compañeros, genera inseguridad por sus frivolidades con el balón en los pies (especialmente). También en la grada, sobre todo en el Camp Nou, donde genera un runrún cada vez que toda el esférico. Tiene madera de crack mundial, pero debe bajar a la tierra. Eso, al menos, es lo que opina un sector de la plantilla azulgrana.

Ter Stegen es solo el portero de la Champions y de la Copa. Su participación depende de las rondas que supere el equipo en las dos competiciones. En su primera temporada pudo jugarlo todo. En esta segunda, de momento, también. Pero quiere más. Considera que está perfectamente capacitado para jugarlo todo y deterrar a su compañero, Claudio Bravo (más regular y seguro). Los humos del cancerbero alemán han alertado a un sector de la plantilla, según ha confirmado Diario Gol. Ter Stegen va por libre. Se integra poco en el grupo y se considera más que nadie en su posición.

El primer año fue el del descubrimiento del gran portero. El segundo ha mostrado sus carencias. Sus prisas. Nadie en el vestuario, ni en la afición, pone en duda las grandes cualidades de Ter Stegen. Realizó dos grandes paradas ante el Athletic, en la vuelta de cuartos de la Copa (3-1) que bien pudieron cambiar el signo de la eliminatoria. Los compañeros, sin embargo, lamentan la poca capacidad del portero a la hora de reconocer errores. Pudo hacer algo más en el tanto de Iñaki Williams, pero salió a destiempo. «Le falta un poco de cocción», sugieren fuentes internas.