La premeditación de Luis Enrique en la derrota del Barça

El técnico manda un nuevo mensaje a la cúpula con sus decisiones en el campo

Cero cambios. Luis Enrique volvió a tirar de su once (el único que tiene) para tratar de remontar ante el Valencia. Tampoco realizó cambios en Mestalla. En esta ocasión, ni siquiera mandó calentar a los Douglas, Bartra, Adriano, Aleix, Munir y Ter Stegen. Ninguno le daba garantía de éxito. No tiene recambios. Y su actitud (ha agotado los cambios en apenas la mitad de los partidos) se entiende como un nuevo mensaje a la cúpula. Lo tenía todo previsto.

«Hubiera sido injusto para los once que empezaron», defendió Luis Enrique. Dijo que estaban jugando bien los titulares y que tenían opciones de remontar. No había motivos para cambiarlos. La realidad es que cuando Lucho giraba la cabeza y miraba el banquillo (un portero, un delantero sin sitio ante la tiranía de la MSN, un central apartado y tres laterales) sabía que ni quieriendo podría utilizarlos como revulsivos.

Luis Enrique está molesto con la planificación de la temporada. Aleix Vidal no es el relevo esperado de Dani Alves, y Arda Turan nunca fue su primera opción. En el mercado de invierno, el club hizo oídos sordos a la petición de un delantero. Son los que son. No hay más. Y la única fuerza que tiene Lucho para reclamar es mostrando la realidad y dejando en evidencia a sus superiores.