La locura de Ancelotti contra el Sheriff que cabrea a un fichaje y a un descartado

Ni la contundente victoria ante el Sheriff dejó buen sabor en la plantilla del Real Madrid a causa de las decisiones de Carlo Ancelotti

Carlo Ancelotti Real Madrid
Carlo Ancelotti Real Madrid

Carlo Ancelotti sabía muy bien que una nueva sorpresa de la revelación de la Champions League, el Sheriff Sport Complex, hubiese complicado todo para la última jornada de la fase de grupos y por ello el técnico italiano no dejó ninguna duda con su once inicial y sacó toda la artillería.

Hasta ahí todo bien, sin embargo, el partido del fin de semana contra el Sevilla y el no cambiar a los jugadores del centro del campo pese a tener el encuentro dominado y con 0-3 ha dejado varias caras largas en el banquillo blanco.

Eduardo Camavinga e Isco Alarcón no daban crédito a lo que sucedió sobre el césped. El centrocampista galo no entendió porque Carlo Ancelotti esperó al minuto 83 para sentar a uno de los tres del centro del campo pese a que el 0-3 estaba desde el minuto 54 y además el cambio fue el más joven de la medular, Casemiro, y no precisamente por Camavinga, sino por Antonio Bueno.

Isco Alarcón en el banquillo del Real Madrid
Isco Alarcón en el banquillo del Real Madrid

Isco Alarcón dejó varias caras largas al ver los cambios del técnico italiano. Ancelotti volvió a demostrarle que no cuenta nada con él y no parece que lo estuviera reservando precisamente para jugar contra el Sevilla de Julen Lopetegui el fin de semana.

Las decisiones de Carlo Ancelotti no están siendo demasiado apoyadas por el vestuario en su vuelta al Real Madrid, sobre todo en lo que se refiere a la gestión de los suplentes. Muchos jugadores no están teniendo ningún tipo de oportunidad como Mariano Díaz, Luka Jovic, Jesús Vallejo, Marcelo o el propio Isco.

Y otros como Eduardo Camavinga o Antonio Bueno están teniendo mucho menos protagonismo que el que se esperaba a principio de temporada y ningún tipo de explicación por parte del entrenador del conjunto blanco, algo que se demuestra en las caras del banquillo.