Koeman castiga a un peso pesado del Barça

Ronald Koeman es un hombre tranquilo. Paciente. Sobre todo en público, donde no suele perder la calma. Pero también es un míster de carácter y de ideas fijas. Y no está para tonterías en un Barça que, a pesar de estar sumido en una de sus peores crisis económicas y deportivas, aceptó sin dudar coger las riendas del primer equipo, renunciando al puesto que ostentaba como seleccionador de Holanda. Y si ve que alguien no rema a favor del equipo, no duda en darle banquillazo a modo de castigo.

Eso es lo que ha hecho el técnico con Antoine Griezmann. El delantero francés sigue sin dar ningún paso adelante. Un destello de vez en cuando, pero nada más.

Griezmann, de mal en peor

El curso pasado, su primer año en el Barça, lo cerró con un total de 48 partidos a sus espaldas, en los que anotó 15 goles. O lo que es lo mismo, anotó 0,29 goles por partido. Una cifra nefasta para un jugador que llegó a cambio de 130 millones entre fijos y variables, y con la etiqueta de campeón del mundo.

Unas estadísticas que no están yendo a mejor este curso. Una temporada que se presuponía que empezaría a dejar notar su adaptación, sigue pareciendo el niño del anuncio que se ha dejado los donuts en casa.  El ex del Atlético de Madrid ha disputado 19 partidos en los que ha marcado cinco goles, lo que arroja un paupérrimo promedio de 0,26 tantos por encuentro. Y solo ha dado dos asistencias.

Koeman castiga a Griezmann

De hecho, son los mismos números que acumula Martin Brathiwaite, pero el noruego solo ha necesitado 17 partidos. Y este nefasto rendimiento ya ha tenido las primeras consecuencias. Koeman ya le ha castigado.

En el choque contra el Éibar, el último de 2020, el míster lo sentó cuando todavía faltaba media hora. Y contra el Huesca, en el estreno de los blaugrana en este 2021, no jugó ni un minuto. Veremos qué decide hacer hoy Koeman con Griezmann en el choque contra el Athletic Club en San Mamés. ¿Le dará la titularidad al francés? ¿O le volverá a cortar la cabeza?