Klopp y el Liverpool llegan a 50 millones y Ancelotti no se opone a la venta: Florentino Pérez juega la carta para traer a Mbappé

Parece que a Carlo Ancelotti ha encontrado en Jürgen Klopp, hasta hace poco uno de sus entrenadores rivales dado que el italiano estaba al frente del Everton y el alemán del Liverpool, dos clubes con una rivalidad histórica muy fuerte, un aliado.

Y es que cuentan en Inglaterra que el técnico red, consciente de que tiene que remodelar su delantera y su tridente atacante, ha fijado su punto de mira en la plantilla blanca.

Concretamente en un jugador que no entra en los planes de Ancelotti: Vinicius Jr. El entrenador italiano está presionando a Florentino para que, o bien se lance de forma definitiva a por Mbappé, o bien busque un ‘plan b’ al delantero francés que refuerce su artillería.

Klopp pone 50 millones encima de la mesa por Vinicius

Así, la salida de Vinicius ayudaría en este sentido. El problema para Ancelotti es que, por mucho que él quiera al carioca fuera, la situación económica en el Madrid obliga a Florentino a calcular muy bien cada venta.

Es por eso que, como apuntan en el entorno del presidente, parece que Pérez no estaría conforme con la cifra de 50 millones de euros, sino que querría que los ingleses llegaran como mínimo a 70 millones.

Y el motivo no es otro que, con todo lo que pueda recaudar el presidente con la venta de jugadores que sí que tiene cartel en la Premier como es el caso del extremos brasileño, luego podrá tener mucho más potencial económico para ir a por Mbappé.

Jugar la carta de vender a Vinicius, un jugador que no ha cuajado en el Real, para poder hacerse con Kylian es una opción que gusta mucho a Ancelotti y, sobretodo, a Florentino. Eso sí, sabe el presidente que debe forzar a los ingleses a pagar cuanto más mejor para luego poder plantarse en París con un buen cheque.

Por su parte, cuentan desde el entorno de Vinicius que el brasileño estaría más que encantado de llegar al Liverpool de Klopp siempre y cuando antes los ingleses hayan vendido a Mané o Salah y el carioca sepa que será indiscutible, algo que precisamente no ocurre en el Bernabéu.