James Rodríguez acusa a Zidane

El futbolista colombiano no es ni segundo ni tercer plato en el Real Madrid

Nuevo y triste capítulo a la serie de catastróficas desdichas de James Rodríguez en el Real Madrid. El futbolista colombiano lleva dos partidos jugando de titular.

Lo que debería leerse en clave de buena noticia para el futbolista deja de serlo a tenor de la entidad de los rivales: el Sporting de Gijón (2-1) y la Cultural Leonesa (6-1).

El Madrid ganó ambos partidos con James sobre el terreno de juego. Pero el buen juego de los blancos brilló por su ausencia. Especialmente contra los asturianos.

James recibió un vendaval de críticas tras su mala actuación contra los de Abelardo. Fue el jugador que más balones perdió y que peores pases dio a sus compañeros.

Zinedine Zidane lo defendió al término del encuentro y le mandó un mensaje encriptado: «Si yo fuera James, me quedaría en el Madrid».

Jugó con medio filial

El crack colombiano no sabe que pensar. No fichó por el Madrid para jugar los partidos de solteros contra casados.

Contar con los 90 minutos frente a la Cultural Leonesa le parece una falta de respeto teniendo e cuenta que costó 80 millones de euros y es el líder de Colombia.

En su país natal opinan igual y cada vez son más los detractores de Zidane. Aunque muchos lo entienden porque ven que el rendimiento del colombiano no es el esperado.

Sin embargo, sorprende la falta de oportunidades. Que James juegue con media plantilla del Castilla en la vuelta de la Copa suena a risa.

Cara de pocos amigos tras su gol

El futbolista no entiende que Zidane le anime a quedarse y, por otro lado, siga sin darle minutos en partidos importantes. Isco le ha pasado la mano por la cara.

Pero no es el único. En estos momentos, James es la sexta alternativa de Zidane para reforzar el once de gala. Por detrás de Morata, Lucas, Isco, Kovacic y Marco Asensio.

Desde su país apuntan que el jugador acusa a Zidane de no ir de cara. De momento le toca tragar. Ante la Cultural marcó el segundo gol y apenas lo celebró.

La cara de James tras anotar el tanto, de cabeza, era de pasotismo. Como el que ve llover. Ni felicidad, ni alegría. James vive un tormento y no se entiende con Zidane.