Isco pone el Real Madrid patas arriba con una última bomba

El de Benalmádena pone un ultimátum definitivo a Florentino Pérez

Todo pintaba muy bien. A la tormenta de la posible marcha de Isco Alarcón este mismo verano le siguió la calma que impuso el jugador cuando ante los medios de comunicación aseguró que «los rumores acerca de su salida no son ciertos».

Y es que el futuro del malagueño hace meses que pende de un hilo. Isco finaliza contrato en junio del 2018 y lo cierto es que en la primera mitad de la pasada temporada Zinedine Zidane apenas contó con él. El ex del Málaga era el protagonista en los partidos ‘menores’ y en los minutos de los encuentros en los que ya no quedaba nada que hacer.

Con pie y medio fuera

Todo ello fue calentando al jugador hasta que en enero saltó la noticia. El Manchester City estaba dispuesto a poner lo que hiciera falta para llevárselo, mientras que en el FC Barcelona le esperaría con los brazos abiertos a partir de la temporada que viene. Desde la ciudad condal le intentaron convencer de que no renovara y esperara un año para recalar en el club catalán.

Pero el míster fue dándole cada vez más minutos hasta convertirse en uno de los protagonistas de la recta final de la temporada y de la consecución del doblete blanco.

Declaración de amor

Con todo, Isco declaró que su deseo era continuar en el Real. El centrocampista confirmó que la ampliación de su contrato sería cuestión de días, e incluso aseguró que su renovación solo estaba pendiente de un par de detalles.  

Pero el jugador no ampliará su compromiso con el conjunto de Chamartín a cualquier precio. Ofertas no le faltan y el futbolista intentará utilizarlas para sacar la ficha lo más alta posible, y es que tras la propuesta del City de Pep Guardiola está la del Milan. Los italianos le, que ya tantearon en marzo al futbolista, han vuelto a la carga y le ofrecen 10 millones por año, más de lo que el Manchester le puso sobre la mesa.

Una condición

Asimismo, el de Benalmádena ha puesto un ultimátum a los responsables blancos. No exigirá los 10 ‘kilos’ que le ofrecen desde fuera del Real, pero no firmará por menos de ocho.

Unas cifras que pueden convertirse en un problema grande para Florentino, que no está dispuesto a poner más de seis millones anuales por retenerle en el Santiago Bernabéu. La pelota ahora está en el tejado madridista y será el presidente el que diga la última palabra. Aún así, no tiene muchas opciones. O le renueva por lo que pide o Alarcón saldrá más temprano que tarde.