Isco Alarcón se encara con Florentino Pérez en el Real Madrid («O me voy»)

El jugador de moda del equipo de Zidane planta cara a los capos

Isco Alarcón se ha puesto chulo en el Real Madrid. El futbolista malagueño es consciente de que ha protagonizado un año brillante y ahora quiere lo suyo. Lo que le corresponde.

El centrocampista blanco ha plantado cara a Florentino Pérez. Se ha enfrentado al presidente para recordarle que se puede perdonar, pero que no olvida.

Florentino fichó a Isco procedente del Málaga en 2013, previo pago de 30 millones de euros. El mago de Benalmádena tenía tan solo 21 años.

Por este motivo, como promesa emergente que era, Florentino le reservó un sueldo de rookie. Entre los dos y los tres millones de euros anuales.

Sin embargo, el presidente blanco hizo una promesa al jugador: en dos años revisarían su contrato. El tiempo ha ido corriendo y ya han pasado cuatro años desde que aquellas palabras fueron pronunciadas. No ha ocurrido nada.

Florentino no cumplió su palabra. Dejó que fuesen pasando las temporadas con Isco en la recámara. El malagueño estuvo a punto de salir.

Pero este curso ha cambiado todo. Isco se ha vestido de súper crack y ha suplido las lesiones de Gareth Bale con constantes exhibiciones de fútbol.

Pide mucho más dinero

Tan elevado ha sido su nivel que Zidane le ha pedido a Florentino que no deje marchar al andaluz. Que lo retenga como sea. Todavía resuena el final de la última amenaza de su agente: «O me voy».

La situación es la siguiente: ha llegado la hora de cumplir esa promesa, aunque sea con dos años de retraso. Sin embargo, Isco está en condiciones de pedir más de lo normal.

Si Florentino no le da un salario que ronde los ocho millones de euros –el Madrid le ofrece seis millones–, Isco podría plantarse. Aguantaría un año más en el Bernabéu y el próximo verano de 2018 marcharía con la carta de libertad bajo el brazo.

Es más, a partir de enero de 2018, el malagueño ya tendría total libertad para negociar abiertamente con cualquier club, indiferentemente de lo que opine el Madrid. Un dilema para Florentino.