Florentino Pérez saca la chequera en la comida de Navidad

El presidente del Real Madrid intenta frenar el descontento de algunos futbolistas con promesas económicas

Florentino Pérez
Florentino Pérez

Florentino Pérez sabe que tiene el vestuario del Real Madrid muy revuelto. Casi, en pie de guerra. Al malestar de los futbolistas con la gestión de Rafa Benítez se suma el descontento de algunos jugadores que reclaman más dinero, motivos por los que tuvo que ejercer de bombero en la tradicional comida de Navidad que celebró el viernes con la plantilla.

El presidente del Real Madrid pidió calma a los jugadores. Tranquilidad y un voto de confianza. En un momento muy delicado para la institución, con el primer equipo a cinco puntos del Barça y del Atlético, y con una oposición cada vez más crítica, Florentino necesita una reacción inmediata en la Liga. Y sabe que la mejor fórmula pasa por contentar a unos jugadores a los que, en privado, califica de «caprichosos».

En la comida del viernes, Florentino intentó calmar a Keylor Navas, que desde su frustrado fichaje por el Manchester United reclama un aumento salarial. El portero de Costa Rica pide que el club suba su ficha. De los dos millones netos que cobra a los cuatro millones que le prometió el equipo de Louis van Gaal.

Isco, James y Kroos

Isco y James también están descontentos. El andaluz y el colombiano son, probablemente, los dos futbolistas que peor sintonía tienen con Benítez. Sencillamente, no se hablan con el entrenador madrileño. Además, reclaman un aumento salarial. El mediapunta colombiano quiere equipararse a los jugadores mejor pagados de la plantilla. Asume que Cristiano Ronaldo es el líder, pero quiere tener el mismo estatus que Bale, que gana más de 10 millones de euros netos por temporada.

El otro futbolista que se plantea su salida del Madrid es Kroos. El problema no es económico, sino deportivo. El centrocampista alemán ha perdido protagonismo y Florentino Pérez le pidió paciencia. El presidente de ACS le comunicó que es un jugador muy importante para la institución y que sus problemas actuales pueden ser una anécdota dentro de unos meses.