Florentino Pérez pierde los papeles con un jugador del Real Madrid de Zidane («O se lo dices tú o se lo digo yo»)

El crack acaba con la paciencia del presidente y con su etapa en el Santiago Bernabéu

Se salió ante el Éibar. Marcó dos goles y participó activamente en los otros dos. Fue el gran responsable de la victoria en Ipurúa (1-4). Karim Benzema respondió perfectamente a las exigencias. 

Sin Cristiano Ronaldo ni Gareth Bale, el galo era el encargado de cargarse el equipo a la espalda. Debía ejercer de líder y cumplió a la perfección.

Pero ante el Nápoles todo volvió a la normalidad. El ariete volvió a ser el jugador prescindible que lleva siendo toda la temporada. Para colmo, salió Álvaro Morata en su lugar y anotó el tercero. Hace semanas que el galo no levanta cabeza.

Se le vio el plumero

Lo del Éibar fue un espejismo. Una flor de un día. Una prueba de lo que opina Florentino Pérez desde hace meses. Sólo luce contra los equipos pequeños.

Contra rivales de mayor calidad se hace evidente su decadencia. En general la de la BBC. Solo a Bale se le ve un escalón por encima. Es el único capaz de marcar la diferencia.

En San Paolo apenas apareció. Fue Sergio Ramos el que tuvo que rescatar a los blancos de una posible eliminación. Y eso es lo que no quiere el presidente.

Florentino se planta

El Real Madrid tiene a los mejores delanteros para que sean ellos los que anoten los goles. Para que no tengan que aparecer los defensas a sacar las castañas del fuego. Con la calidad y cantidad que hay invertida en el ataque no puede ser que tengan que aparecer los zagueros.

El presidente le trasladó un mensaje claro a Zinedine Zidane. No está dispuesto a seguir dando oportunidades a nadie que no muestre entrega y compromiso. Es el momento de vender a Benzema.

«O se lo dices tú o se lo digo yo». Si sigue en el Madrid es por petición expresa del míster. Ahora debe ser su responsabilidad decirle que se le acabaron las oportunidades. Si no lo hará él poniéndolo directamente en el mercado. La etapa del francés en Concha Espina llegó a su fin.