“Está gordo”. Sergio Ramos la lía en el Real Madrid-Leganés (o la bomba a Florentino Pérez)

El Real Madrid está en racha. Los de Julen Lopetegui han conseguido una nueva victoria, la tercera consecutiva, ante el Leganés por 4-1 en el Santiago Bernabéu. Los goles de Karim Benzema, con un doblete, Gareth Bale y Sergio Ramos han bastado para cargarse a un Leganés que soñó con llevarse algún punto tras conseguir el 1-1 gracias al gol de penalti de Carillo.

Sin embargo, el bombazo ha saltado después del encuentro. O mejor dicho, durante. Y es que no ha sido otro que el capitán el que ha alzado la voz y ha apuntado directamente a uno de los pesos pesados del equipo.

Y es que Ramos ya no se ha aguantado más y ha dejado a Marcelo por los suelos. El estado de forma del brasileño preocupa, y mucho, al central.

No es ningún secreto que el físico nunca ha sido una de las principales bazas del lateral, que se destaca más por su toque y sus llegadas con peligro a la línea de fondo.

Sin embargo, en el vestuario no son pocos los que advierten que su estado de forma está muy lejos de lo que se puede/debe esperar de un titular indiscutible en el Real Madrid. Ya falló ante el Atlético de Madrid en la Supercopa y ante el Girona en la pasada jornada de liga.

Y ante el Leganés no es que haya estado especialmente brillante. Un Marcelo que ya ha ido oyendo durante los últimos días que su nombre está en entredicho. Eso sí, son varias las voces que advierten que el culpable del lío con el brasileño no es tanto Lopetegui, sino Florentino Pérez.

La bomba a Florentino Pérez

Y es que son muchos los que consideran que la gestión en cuento al lateral izquierdo este verano ha sido desastrosa. Y no es que el Real no estuviera avisado. Ya durante la pasada campaña Marcelo fue uno de los jugadores que más críticas recibió. Eso sí, a media que avanzó el curso, su juego fue mejorando.

Pero fue un aviso: el carioca no es precisamente un chaval y necesita un recambio de garantías para ya. Una situación ciertamente grave para la plantilla pero que Florentino no ha querido subsanar. Todo lo contrario.

El Madrid ha cedido a Theo Hernández y a Fabio Coentrao sin haber contado antes con una llegada que hiciera que, al menos, Marcelo tuviese algo de competencia. No la tiene, ni la tendrá hasta el próximo mercado de fichajes, si es que el presidente decide incorporar a alguien.

Algo que no ha gustado nada a Sergio Ramos y a Lopetegui, que observan a diario en Valdebebas como el lateral está muy lejos de su mejor versión. Y no son los únicos. En las redes sociales son abundantes los comentarios negativos sobre el brasileño.

De hecho, ya hay quien apunta y dispara: “Está gordo”. Son varios los comentarios en este sentido que se han podido leer durante el encuentro. “Madre mía como está Marcelo…”, “Es un desastre” o “O dieta o banquillo”, son un buen ejemplo de cómo la afición del Real, como su capitán, tiene a Marcelo en el punto de mira mientras siguen esperando que el lateral muestre el alto nivel que siempre muestra y que lo ha llevado a ser un fijo en la absoluta brasileña.

Lopetegui mueve ficha

Veremos como gestiona la situación un Lopetegui que, eso sí, parece haber dado un paso al frente y tomado una de las decisiones difíciles en lo que llevamos de temporada. Ha sentado a Isco y a Keylor Navas.

Un ‘banquetazo’ que ha enfurecido a Isco. El andaluz, que ya se temía la noticia, se siente traicionado por un Julen que, en teoría, tenía a Alarcón entre sus intocables. Pero no. Julen está demostrando que no se casa con nadie y que en su Madrid no habrá fijos indiscutibles. Y si no que se lo digan a Navas.

Desde la directiva apretaban hace días para que el belga fuera titular y Julen no lo ha dudado. Se desconoce si a partir de ahora siempre será Courtois el titular fijo, lo que está claro es que el lío está servido.

Ya son tres los incendios que tiene el vaso en Valdebebas: Marcelo, Isco y Courtois. Y todo bajo la atenta mirada de un Ramos que este sábado, pese a haber conseguido los tres puntos y dejar al Madrid invicto antes del parón de selecciones, está más que cabreado.