El problema (y gordo) de Hazard que Zidane no sabe cómo tapar. Última hora en el Real Madrid

El lío que pone al delantero belga en el punto de mira en el Santiago Bernabéu

La que se ha liado en el Real Madrid en las últimas horas ha sido de las gordas. Todo gira en el jugador que, teoría, llegó para devolver al club  blanco a los más alto. No es otro que Eden Hazard. La realidad es otra.

Y es que el belga ha ido dejando algunos detalles en los partidos que ha jugador, pero en ningún caso puede considerarse (hasta ahora) un fichaje acertado. Si bien es cierto que la lesión cortó una buena trayectoria cuando el delantero estaba empezando a jugare mejor, no son pocos los que apuntan que va a ser muy difícil que Hazard acabe siendo parte de la historia del club.

Eden Hazard Galatasaray

Talento tiene, de sobras, para convertirse en el jugador más desequilibrante del equipo de Zinedine Zidane. El problema es que es un jugador al que el físico no le acompaña. Ahí está, de hecho, el principal problema para el belga. Un problema que el club no sabe cómo tapar. Y menos tras las últimas declaraciones del jugador, donde ha soltado el bombazo.

El problema de Hazard

Preguntado en una reciente entrevista en Marca sobre sus problemas de sobrepeso, el crack fue muy claro al respecto: “Es verdad. No mentiré. Si estoy de vacaciones, estoy de vacaciones. Cogí cinco kilos en verano. Soy de los que cogen peso rápido y también lo pierdo. En el Lille, con 18 años, pesaba 72 o 73 kilos y al ganar músculo pasé a 75. Y en un mal día, 77. En verano subí a 80 kilos pero lo perdí en diez días”.

Eden Hazard

Unas declaraciones que, como era de esperar, no han gustado nada en la directiva. Que un jugador profesional como Hazard, que costó 100 millones de euros, asegure que no tiene su preparación física como una prioridad y que, cuando no está en temporada regular, se deja ir, no es algo precisamente que lo deje en muy buen lugar.

Hazard| EFE

En el club ya está trabajando en ello, aunque no va a ser nada fácil. Y menos viendo cómo es él mismo quien reconoce abiertamente que es de buen comer. Ese “si estoy de vacaciones, estoy de vacaciones” puede traer cola.