El problema que toma fuerza en los pasillos del Camp Nou

La vicepresidente económica, Susana Monje, teme un nuevo contratiempo mientras ajusta la tesorería del club

El FC Barcelona pasa tiempos convulsos en la parcela económica. Se trata de una curiosa paradoja. Hace un año, la economía marchaba viento en popa y el principal problema del Barça estaba en el ámbito deportivo. Actualmente, el equipo va como la seda a las ordenes del indomable Luis Enrique Mártinez, pero la tesorería está bajo mínimos. Asusta el nuevo contratiempo que se avecina.

¿Qué pasaría si el Barça consigue un nuevo triplete? Hoy por hoy las opciones son reales. El Barça está a un paso de plantarse en la final de la Copa del Rey, vivo en la Champions y con una holgada ventaja en el campeonato de Liga. Sin duda, es el principal favorito a conquistar los dos títulos españoles y, según las casas de apuestas, también es el preferido en Europa.

No es una utopía repetir el triplete. De hecho, la plantilla del Barça se conjuró a principios de temporada para tratar de ganar la segunda Champions consecutiva y llevar a cabo el reto de ser el primer equipo que ganan dos seguidas desde que la Champions es Champions (1993).

Éxtasis agridulce

Ello supondría un éxtasis de alegría para la afición del Barça, que, por otra parte, está cada vez más acostumbrada a ganar títulos y hace amagos de vivirlo con menos intensidad. Sin embargo, comportaría un problema que levanta tensiones en los pasillos del Camp Nou. En 2015, la cifra que el club pagó entre primas y variables ascendió a 85,1 millones de euros.

El club, afectado por el artículo 67 de los estatutos, no puede permitir que siga disparándose la deuda. Y si la masa salarial no se mantiene, la deuda irá in crescendo. Es por ello que en el club asusta el triplete. La junta directiva quiere garantizar su continuidad y es consciente de que, entre primas y renovaciones millonarias, la estructura económica del club puede torcerse.

Arroyo, atascado y cuestionado

Susana Monje, vicepresidenta económica del club, sigue en busca de soluciones mientras el cuestionado Manel Arroyo, vicepresidente de media y marketing, trata de encontrar un patrocinador a la altura del Barça. Tras tirar de contactos en Catar –tiene algunos infiltrados en el circuito de MotoGP, en Lusail–, busca ahora los 60 millones en la Super Bowl.