El peso pesado del Real Madrid que hizo broma con la eliminación de Zidane

Uno de los cracks deseaba la eliminación de los blancos

Quedaban 10 minutos de partido y le dio entrada al terreno de juego en sustitución de Isco Alarcón. Apenas quedaba tiempo, pero Zinedine Zidane buscaba el gol que provocara la prórroga.

Seguir vivos 30 minutos más y que el azar decidiera. Tal y como apretaba el Real Madrid parecía que se podía producir el milagro como en ocasiones anteriores. Pero no.

Sin gol en el minuto 93

Esta vez el fútbol fue justo con el Celta de Vigo. Recogió el fruto de haber luchado a muerte durante 180 minutos.

El guión de los octavos de la Copa en Sevilla, de la Décima, de la Supercopa, o de tantas otras ocasiones no se reprodujo. Lógico. No se puede ganar siempre.

A alguien le hizo especial gracia que le Madrid sumara un nuevo tropiezo. Nunca confió en el técnico y siempre consideró que la culpable de la trayectoria del míster siempre fue la suerte.

Opina que Zidane no interviene como debería hacerlo un gran entrenador y que si lo han ganado todo hasta hace dos semanas fue casualidad.

Cuestión de suerte

Al finalizar el partido no dejó escapar la ocasión para subrayar lo que viene diciendo hace días. «¿Dónde está la flor?». Para el jugador la fortuna duró demasiado. Desde el pitio final no dejó de repetir la misma frase entre su grupo de fieles del vestuario.

Lo lleva diciendo desde hace días. Los resultados no se dieron nunca gracias a Zidane.

Álvaro Morata se tomó muy bien la eliminación. En el fondo lo estaba deseando. Quería que su entrenador quedara en evidencia. Que sus avisos se hicieran realidad.

El delantero se hartó hace semanas y prefiere no tomarse en serio lo que se vive en el vestuario madridista.

El canterano perdió toda confianza en el proyecto y ahora espera a que fracase definitivamente. Que todos abran los ojos de una vez. Los privilegios no pueden estar siempre por delante de las necesidades.