El pacto del Bernabéu: una conspiración en la sombra

Revolución en el gallinero de Concha Espina; la 'limpieza' que Florentino Pérez evitó se vuelve en su contra

La defensa a ultranza de Florentino Pérez a Rafa Benítez no ha sentado del todo bien entre la plantilla madridista. Los futbolistas, hartos de los métodos del técnico, presionan con todas sus armas para que no se coma los turrones. Y el presidente, en lugar de defenderlos, apuesta por dar una palmadita en la espalda a un entrenador en el que nunca ha creído. El fuego se hace más grande en Concha Espina y las llamas de los jugadores abrasan ya a Florentino.

Alguno de los futbolistas más activos en esta lucha ha comentado con su entorno que el presidente se equivoca dando apoyo al técnico. Porque los que marcan goles y pueden centrar la atención (en positivo) son ellos. Denuncian, asimismo, que Florentino traga con Benítez porque lo tiene de marioneta. Los jugadores se suben a las barbas del presidente. Empiezan a sentirse los dueños del club (algo que ni los socios pueden decir); echan en falta a un líder en la cúpula que actúe en función de los intereses de la plantilla.

Las risas de algún jugador con las felicitaciones de Benítez tras el mal partido ante el PSG (1-0) se tornaron en indignación cuando el técnico quiso amarrar una derrota corta en el descanso del clásico, con 0-2 y sin el control del juego. Nadie entiende a Rafa, que se desvive por el equipo de su vida, pero no sabe transmitir ese sentimiento a sus pupilos. Los jugadores, mientras, se hacen fuertes. Ya advirtió José Mourinho a Florentino de que tenía que hacer limpieza en el vestuario para evitar una situación como la actual. No la hizo. Ahora paga las consecuencias.