El ‘off the record’ que amenaza el nuevo Camp Nou

El Ayuntamiento debe tener el visto bueno de los vecinos y de los técnicos para iniciar las obras

La remodelación del entorno del Camp Nou se demorará, como mínimo, un año. Ésa es la sensación que se palpa en la cúpula del Barça después de que ya haya sido escogido el proyecto de remodelación, que recayó en la firma japonesa Nikken Sekkei, asociada con los catalanes Joan Pascual y Ramon Ausió. Oficialmente, el calendario de remodelaciones para cambiar toda la zona se mantiene inalterable, pero la procesión va por dentro.

El motivo es que en el Ayuntamiento de Barcelona existe la consigna de pactar antes cualquier cambio con los vecinos. Si éstos dan luz verde, han de ser los técnicos los que estudien milimétricamente el proyecto y, finalmente, se puede llevar a cabo. «Tenemos dos problemas encima de la mesa, aunque no cambian sustancialmente los planes», señalan fuentes de la dirección blaugrana a Diario Gol.

Pendientes del patrocinador

El primero de los problemas es el de la financiación. Falta por firmar el contrato con Qatar Airways y eso es un escollo importante. Además, como la prioridad es reducir deuda, se mirará con lupa la política de fichajes. Y el club tampoco está por vender jugadores (a lo sumo, puede vender uno de ellos al final de la presente temporada, para no desbaratar el primer equipo), aunque es consciente de que necesita alguna incorporación y ésta no será barata precisamente.

En esa tesitura, debe hacer encaje de bolillos para hacer frente a los pagos por los fichajes y por la remodelación del Espai Barça. Ésta empezaría por construir el Miniestadi en Sant Joan Despí para demoler luego el actual y levantar el nuevo Palau. Pero todo eso suponen costos elevadísimos cuya financiación está todavía en el aire.

Las trabas de Colau

Por otro lado, está la política municipal, que será la que al final retrase el proyecto (lo que, en última instancia, redunda en beneficio del Barça, puesto que le da más tiempo para buscar financiación o para hacer caja). «Nuestras previsiones son que con las pegas que pone el Ayuntamiento, el inicio de las obras puede retardarse un año como mínimo, aunque estas cuestiones siempre son difíciles de prever. De momento, trabajamos sobre esa hipótesis», añaden las fuentes consultadas.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ya ha sido informada con detalle del proyecto de remodelación por la concejal de distrito, Laura Pérez. A partir de ahora serán los técnicos del Ayuntamiento los que deben tomar cartas en el asunto y ofrecer a Colau una primera aproximación a lo que podría ser asumible por el consistorio.