El mal rollo en el vestuario no permite a Koeman hacer un Barça campeón

El técnico holandés del Barça Ronald Koeman y los problemas internos en el Barça

Ronald Koeman
Ronald Koeman

Cuando el Barça cayó estrepitosamente la temporada pasada en Champions League ante el Bayern de Múnich 2-8 en la peor derrota europea de la historia del club catalán, muchos dieron por hecho que llegaría un cambio de ciclo.

La figura de Ronald Koeman generó cierto consenso al inicio, sobre todo porque el holandés llegó con mano dura y no tuvo problemas en dejar muy claro que se iba a cargar a jugadores claves como Luis Suárez, Rakitic o Arturo Vidal. Si fuera por el técnico, otros como Umtiti, Junior o Riqui no estarían en el Camp Nou tampoco.

Desde el principio de temporada ya se dejó muy claro desde el entorno que, si bien este año iba a ser muy difícil poder ganar títulos, sí que podría ser un año perfecto para ir consolidando un vestuario a la espera de ver el nuevo proyecto de la mano del nuevo presidente.

El vestuario del Barça limita a Koeman

Sin embargo, han ido pasado los meses y el ambiente en el vestuario se ha ido enfriando cada vez más. En este sentido, hay quien apunta que Koeman no está recibiendo todo el apoyo necesario. Es evidente que si no lo recibe es porque, en parte, ni tácticamente ni emocionalmente Ronald consigue conectar con los suyos.

Ronald Koeman
Ronald Koeman

Pero lo cierto es que el mal rollo interno en el Barça es más que evidente. Empezando por los pesos pesados y los veteranos más aislados y desconectados que nunca. Messi, casi ya sin amigos dentro, está más solo que nunca en parte también porque poco o nada le interesa ya seguir vinculado al club.

Otros como Piqué, Sergio Busquets o Jordi Alba están en un stand by a la espera de ver qué futuro le espera al equipo que no ayuda precisamente a Koeman. Otros como De Jong, Pjanic o Ter Stegen han entendido que es mejor no entrar en según qué guerras y van a lo suyo, mientras los franceses (Griezmann, Dembélé, Lenglet y Umtiti) hacen piña entre sí pero poco más.

Por su parte, jóvenes como Pedri, Trincao, Mingueza, Dest, Araujo o Ansu Fati saben muy bien que el ambiente está tan enrarecido que lo mejor que pueden hacer es centrarse en el balón y olvidarse de batallas y guerras. Todo ello, obviamente, dificulta la labor de un Koeman que, más allá de sus aciertos o errores tácticos, no cuenta con el apoyo de nadie a nivel interno.