El lado oscuro de la renovación de Messi con el Barça

Las negociaciones con el astro argentino van mucho más lentas de lo que sería recomendable

Preocupación en la cúpula del FC Barcelona. La junta directiva azulgrana se hace preguntas sobre Leo Messi, pero no obtiene respuestas convincentes. En las alturas apelan a la prudencia y al optimismo habitual: «Messi quiere seguir en el Barça; con eso basta«. Sin embargo, reina cierta incertidumbre en torno al futuro del crack argentino.

Desde su país natal llegan constantes rumores sobre la posibilidad de que Messi aterrice en Newell’s Old Boys de cara a 2018, cuando finaliza su actual contrato con el Barça. Son habladurías. Es como si Pau Gasol hubiese decidido volver al Barça hace tres años, cuando terminó su contrato con Los Angeles Lakers. Pero el de Sant Boi sigue en la NBA, de estreno con San Antonio Spurs este curso tras dos temporadas en los Chicago Bulls.

Son estrellas y apurarán en la élite todo lo que puedan por dos motivos: 1) Los seres tan competitivos quieren medirse contra los mejores hasta que el cuerpo aguante. 2) Alargarán todo lo que puedan el cobro de los salarios millonarios y desorbitados que perciben.

Messi hará lo que quiera

Messi no es menos. Quiere seguir ingresando como el que más y ama al Barcelona. Solo un arrebato de locura –como querer demostrar que puede hacer triunfar a otro equipo y no solo al Barça– le podría mover a cambiar de club. Pero no para ir a Newell’s. No todavía. En todo caso podría ir a la Premier, al PSG francés o al Nápoles para emular a Maradona. Poco más. Y cualquiera de estas opciones se antoja bastante improbable en estos momentos.

Sin embargo, en el Barça se palpa esa especie de angustia impaciente por no saber exactamente lo que piensa el impredecible astro argentino. Por no haber recibido noticias suyas todavía. Tienen claro que es Jorge Messi, padre del crack, quién dará el primer paso. Y no deben descartarse sorpresas. Porque también sorprendió a todo el mundo cuando se tatuó medio cuerpo o cuando se tiñó de rubio pollo. Lo que está claro es que Messi hará lo que quiera. Como siempre.