«Él es Zidane, pero yo soy Cristiano Ronaldo», los trapos sucios del Real Madrid

Las interioridades del vestuario blanco amenazan con desangrar al equipo

El Real Madrid se desangra. La guerra de egos va a más y poco son en estos momentos los que pueden pararla. Zinedine Zidane tira de cordura. Trata de mantener a la bestia amansada. Pero lo que se ve de puertas para afuera no es nada en comparación con lo que se cuece en las entrañas del vestuario del Real Madrid.

Cristiano Ronaldo no ha pasado página. El delantero portugués, orgulloso como nadie, no ha digerido todavía la sustitución en Las Palmas. Sabe que es sintomática y que debe ponerse muy firme para evitar que vuelva a repetirse. El jugador ha lanzado un órdago al entrenador. Le propone un tour de force con el objetivo de que acate su autoridad para evitar una explosión.

En una conversación íntima con personas de su estricta confianza, Cristiano reconocía recientemente su malestar. Le molestó salir sustituido y sabe que cualquier acción semejante le resta puntos en futuras carreras por el Balón de Oro. «Él es Zidane, pero yo soy Cristiano Ronalado«, aseguró en un entorno muy próximo. «Tengo casi cuatro Balones de Oro, él solo uno«, zanjó el luso, dando a entender que le supera en la historia del fútbol.

Asunto no zanjado

Solo hay que ver la cara que Cristiano puso en Dortmund cuando saludó a Zidane tras marcar el primer gol del partido contra el Borussia. Mirada altiva, ningún gesto cariñoso, al contrario de lo que ocurrió en Roma. Era un «te doy la mano para que nadie piense que estoy enfadado contigo». Nada más. El luso espera que todo vuelva a la normalidad. Si no, el ambiente en el vestuario peligra