El complejo de Messi y Antonella Rocuzzo. El motivo por el que saben que no se irá de Barcelona
En el club están tranquilos respecto al futuro inmediato del capitán
Los seguidores del Barça se quedaron ayer con la boca abierta al saber la información que apuntaban sobre Leo Messi desde la emisora RAC1: “Messi le ha comunicado a Koeman que no ve claro su futuro en el Barça. El jugador le ha asegurado que ahora mismo se ve más fuera que dentro del club pero es consciente de las dificultades que tendrá para salir por sus condiciones contractuales”, apuntaban en el citado medio.
Sin embargo, en el club están muy tranquilos. O al menos saben que va a ser muy difícil que Leo y su familia hagan las maletas. Entre otras cosas porque el capitán del Barça y su mujer tienen un complejo que les hace muy difícil abandonar la ciudad condal: los idiomas.
Desde dentro del club aseguran a Diario Gol que Leo “solo sabe hablar español”, que “no entiende ni papa de inglés ni de francés” y que “no lo hablará en su vida”. Como mucho podría sobrevivir con el italiano, pero “ni así”. Una problema con los idiomas que, desde luego, no es menor para los Messi-Roccuzzo.
Barcelona, un entorno inigualable para Messi y su familia
Pero ojo porque no es el único. Y es que, si bien es cierto que aún no se sabe qué decisión tomará el de Rosario, de momento las dos únicas alternativas que se vislumbran como viables en Europa para que Messi deje el Barça son el Manchester City y el PSG.
Dos clubes que no tendrían problema alguno para poder pagar la alta ficha de Leo pero que, desde luego, se encuentran en entornos en los que Messi no se siente muy cómodo. Y es que, al margen de no hablar otro idioma que el español (lleva más de media vida en Barcelona y muchos culés le recrimina que aún no se haya atrevido con el catalán), su vida en la ciudad condal está más que hecha.
Disfruta del buen clima, tiene una casa hecha a medida en Castelldefels donde tiene como vecino a su inseparable amigo Luis Suárez y su mujer Sofia Balbi, sus hijos ha nacido en Barcelona y ya tienen su grupo de amigos en la capital catalana, Antonella tiene sus negocios… cuesta mucho creer que el capitán vaya a moverse.
Entre otras cosas porque tanto París como Manchester son ciudades frías, en las que los inviernos son muy largos (Neymar ya se lo ha explicado en más de una ocasión a su amigo Leo) y donde Messi y su familia no podrían disfrutar del buen clima de Barcelona ni del día a día que ya hace tiempo que se han montado.
Una salida muy difícil
Pero ojo porque, más allá de los motivos familiares que rodean al rosarino, en el club saben también que va a ser muy difícil que Leo se marche. Al menos este verano. Entre otras cosas porque tiene contrato en vigor hasta 2021 y una cláusula de rescisión de 700 millones de euros.
En el Barça saben muy bien que nadie va a pagar esa cantidad, y menos ahora que los estragos del coronavirus anticipan un verano muy tranquilo en cuanto a fichajes. Por si con ello no fuera suficiente, su ficha de unos 50 millones netos al año es de esas que, desde luego, echan para atrás. Tanto City como PSG saben que no es mala idea esperar un año para ver qué sucede con Leo.
De momento el capitán se lo está pensando. Está en un periodo de reflexión y las dudas le acechan. No le gusta cómo se están haciendo las cosas en el Camp Nou desde hace ya mucho tiempo y así se lo expresó a un Koeman que avisó que sólo contaría en su plantilla con jugadores que estuvieran cien por cien comprometidos con el proyecto.
Pero Leo tampoco quiere irse del Barça, el club de su vida, por la puerta de tras. Sabe que hacerlo ahora sería manchar su impecable currículum en la capital catalana. En los próximos días los seguidores azulgrana sabrán qué decisión ha tomado un Leo que tiene en los idiomas un complejo y una gran barrera para marcharse.
