El chantaje de Bale a Sergio Ramos, Benzema y Vinícius que incendia el Clásico

El delantero galés da un golpe en la mesa

Gareth Bale está en el punto de mira en el Real Madrid. El delantero galés está cuestionado desde casi todos los sectores de la entidad.

El mayor decepcionado es el presidente del club, Florentino Pérez. El presidente esperaba mucho más del fichaje más caro de la historia del Madrid.

Gareth Bale, la gran decepción blanca

Su contratación le costó al Real más de 100 millones de euros en el 2013. Una cantidad que Florentino pagó encantado por uno de los jugadores con un futuro más prometedor de toda Europa. El que el mandatario aguantara el tira y afloja con Daniel Levy, presiente del Tottenham, por su contratación así lo demuestra. Y es que los Spurs no dieron el ok hasta el último día de aquel mercado estival.

Las intenciones de Florentino con Bale pasaban por que fuera el relevo generacional de Cristiano Ronaldo a medio/largo plazo en el liderazgo del equipo. El luso había sido un fichaje de Ramón Calderón, predecesor de Pérez en el puesto de mandatario blanco, y Florentino quería que el líder del equipo jugador franquicia fuera un fichaje suyo.

Bale, capaz de lo mejor y de lo peor

Pero las continuas lesiones del británico le han llevado al ostracismo en el club. Las reiteradas dolencias le han afectado tanto física como mentalmente, y el atacante no ha llegado a ser ese jugador decisivo que se esperaba en Concha Espina. Todo lo contrario. Lo han convertido en uno de los grandes señalados en los últimos años.

Actuaciones estelares como la de la final de la Decimotercera Champions League. O en la final de la Copa del Rey del 2014 contra el FC Barcelona. Su intervención fue decisiva para que los blancos se llevaran el título.

Pero estas han estado mezcladas con diferentes episodios de desidia y poco compromiso que han condenado a Bale.  Los técnicos que han ido pasando por el banquillo blanco han terminado por no considerarle un titular indiscutible. Y en lugar de salir a darlo todo después de haber sido cuestionado, se ha dejado ir todavía más. Una situación que ha desembocado en un pez que se muerde la cola.

Como definen en el diario El Mundo, «las continuas lesiones y sus repercusiones, en forma de críticas, han acentuado su manía persecutoria».

El vestuario pone la cruz a Gareth Bale

Tampoco en el vestuario están contentos con el de Cardiff. Esta dejadez tiene a muchos jugadores con un mosqueo de tres pares de narices. Y más todavía que no esconda sus enfados cuando sale al terreno de juego.

El feo que dedicó a Lucas Vázquez y al resto del equipo en el partido contra el Levante tras anotar el gol de la victoria desde el punto de penalti sigue trayendo cola.

Aunque Solari haya negado cualquier mal rollo en el equipo, de puertas para adentro la cosa está más que calentita. Y los pesos pesados liderados por Sergio Ramos están hartos del pasotismo y el egoísmo del ex del Tottenham. Luka Modric, ex compañero suyo en el equipo londinense, es el único con el que intercambia alguna palabra.

Gareth Bale Modric

Algo  que tampoco es extraño, pues como apuntó Marcelo, Bale se comunica con gestos con los miembros del equipo que no hablen inglés. Algo que demuestra que su adaptación no ha sido para nada satisfactoria.

La afición liquida a Bale

Entre la afición la cosa no está mucho mejor. Bale es uno de los jugadores blancos que se ha llevado alguna que otra pitada esta temporada. La desidia del jugador cuando sale al campo no pasa desapercibida al madridismo. Y no parece que la situación vaya a mejorar en los próximos meses.

Florentino lo pone a la venta

Florentino Pérez querría venderlo y reinvertir el dinero de su traspaso en otro galáctico. El bote de la paciencia del presidente con Gareth está prácticamente vacío.

Asimismo, algunos de sus compañeros ya perdieron toda confianza en el de Cardiff. Si pudieran elegir Bale ya no estaría en el equipo. Pero su salida se presenta como un problema enorme.

Las condiciones de Bale

El jugador, si sale, quiere mantener su ficha O verla aumentada. Lo que limita los movimientos de sus pretendientes. No pagarán una millonada al Madrid si tienen que soltar otra gran cantidad por su ficha.

Así las cosas, las ofertas que llegan no pasan de los 60 millones. Pero Florentino reclama 90. Una cantidad a la que se hace difícil pensar que vaya a llegar cualquier club.

Cristiano Ronaldo, Bale y Florentino Pérez| EFE

El chantaje de Bale

Mientras tanto, el futbolista está tranquilo. Sabe que no le quieren, pero también es consciente de que mientras tenga contrato con los blancos su situación no irá a peor. Por eso ha mandado un mensaje a los pesos más pesados de la plantilla.

El delantero quiere que le ayuden a salir. Que ejerzan presión a los mandatarios para que faciliten su salida y que esta no implique un paso atrás para el jugador. Es decir, que Florentino ceda con alguna de las ofertas que tiene sobre la mesa, aunque estas no cumplan las expectativas. Si no, lo tiene claro: se queda.