El brutal enfado que tiene Messi con el Barça

Llegan malas nuevas desde la selección Argentina

Malas nuevas desde Chicago. La ciudad que acogió el duelo entre Argentina y Panamá (5-0) el pasado viernes no solo fue testigo de las genialidades de Leo Messi –marcó un hat-trick en tan solo 20 minutos de partido– sino también de un brutal cabreo del astro argentino. Messi está muy molesto con el Barça. El motivo: la caza de brujas a la que están siendo sometidos sus amigos.

Le preocupa especialmente la situación de su amigo Javier Mascherano. El Jefecito está harto del trato que le ha dispensado el club de puertas para adentro en una serie de asuntos que son de importancia capital para el centrocampista. Básicamente se trata del incumplimiento de promesas –le prometieron una mejora salarial tras ser elegido cuarto capitán del equipo y todavía no ha llegado– y de la falta de apoyo en su conflicto judicial con Hacienda.

Messi está al corriente de todo. Lo han hablado largo y tendido tanto en Barcelona como ahora, durante la Copa América, donde Mascherano ha sido más crudo al trasladarle su malestar. El Jefecito ha transmitido a Messi que está más fuera que dentro del Barça en estos momentos y el argentino no se lo explica.

Teme por el proyecto deportivo

El otro jugador, y buen amigo de Messi, que deja el Barça es Dani Alves. El lateral brasileño, víctima de una situación similar a la que atraviesa Mascherano, ha decidido finiquitar su etapa en el Barcelona para fichar por la Juventus. Alves, mucho más conflictivo que Masche, no se ha callado ante lo que él consideraba injusticias de la cúpula. Por ello la situación dinamitó hace meses.

Leo Messi no se explica como el club deja escapar a futbolistas que son titulares y piezas clave del mejor Barça de todos los tiempos. Considera que el proyecto deportivo puede verse resentido y eso le genera temores y dudas. La gran obsesión de Messi siempre ha sido tener el equipo más competitivo posible. De ahí surgieron sus primeras discrepancias con Pep Guardiola y también alguna que otra bronca sonada con Luis Enrique. Si no hay equipo, no se pueden hacer maravillas.