El brutal enfado de Dani Alves

El futbolista está muy molesto con su situación y las informaciones interesadas sobre su futuro

Dani Alves está que trina. El futbolista atraviesa uno de los peores momentos deportivos de su carrera y ve como todos los elementos lo empujan fuera del Barça. El defensa internacional está muy molesto con su situación en el club, así como con las informaciones interesadas sobre su futuro que salen en la prensa amiga. Alves decidirá cuándo, cómo y adónde se marcha. Nadie marcará el destino por él. Lo tiene muy claro.

Alves se sabe señalado. El jugador conoce la delicada situación económica de la entidad y la necesidad de desprenderse de una ficha como la suya para incorporar nuevos jugadores. El lateral asume que su rendimiento esta temporada está lejos del óptimo, pero denuncia a sus allegados las presiones que recibe de modo sibilino a través del entorno para que haga las maletas. El dorsal 6 del Barça advierte de que no perderá dinero (tiene contrato hasta 2017) y de que tampoco se enterrará deportivamente en un equipo de poca monta: su objetivo es jugar el Mundial de Rusia 2018.

La clave

El defensa azulgrana está muy pendiente de lo que sobre él dicen los medios de comunicación. La información sobre la presunta oferta que tiene del fútbol chino ha dejado a Alves con la boca abierta. El jugador, según ha podido saber Diario Gol, no entiende cómo una noticia que salió en Brasil hace un mes reaparece justo ahora en la prensa nacional, incluso algo más inflada: tres años de contrato a cambio de 12 millones anuales.

Alves intuye que todo es una táctica de acoso y derribo para sacarlo del Barça. Las informaciones de la prensa amiga, además, deslizan lo que para Dani es la clave: a pesar de que la entidad azulgrana desconoce esta supuesta oferta china, los dirigentes dejarían salir al jugador hacia la Superliga a cambio de un importante traspaso, dadas las cantidades que pagan los clubes asiáticos por las estrellas del fútbol europeo. Operación redonda. Evitarían así darle la carta de libertad más incentivos, una de las alternativas que barajan en las oficinas para desprenderse del lateral.

Rebelde

El futbolista considera que todavía tiene cuerda para mantenerse en la élite y forzará su situación según sus intereses. No tiene inconveniente, si hace falta, en criticar en público a los máximos responsables de Arístides Maillol, como hizo antes de la renovación. En el Barça, aunque sea de suplente, siempre tendrá más visibilidad, y quedaría libre en un año para negociar el mejor contrato posible antes de plantarse en Rusia 2018.