La decisión es firme, el Barça no llegará a los 100 millones de euros por Marco Verratti.
La cúpula culé asegura que 70 millones de euros es el precio adecuado por el italiano. El valor de mercado real del centrocampista es ese, y la directiva blaugrana pretende hacer oídos sordos al inflacionismo actual en los fichajes.
Consideran que el disparatado precio pagado por Paul Pogba no debe ser un punto de partida para negociar. Prefieren fijarse en otros movimientos como el de Corentin Tolisso al Bayern de Munich, Bernardo Silva al Manchester City o André Silva al AC Milan.
Los movimientos de estos jugadores han variado entre los 40 y 50 millones. Los tres son jóvenes y querían salir de sus equipos. El Barça los toma como referencia.
Moneda de cambio
Desafortunadamente, la postura del Paris-Saint Germain también es firme. No piensa regalar a uno de sus jugadores insignia. Pese a que su intención es marcharse, el futbolista de Pescara tiene contrato hasta 2021.
El club parisino tiene músculo económico y poder de convicción para retenerle hasta entonces. Cerrar un par de fichajes de primer nivel podría renovar la ilusión de Verratti por el equipo. Y si no es así, el PSG puede buscar otro comprador interesado.
Ante esta tesitura, la solución del Barça pasa por desprenderse de una pieza clave en su plantilla. Incluyendo a Ivan Rakitic en la operación, el precio del traspaso podría fijarse en 50 millones de euros.
Este intercambio de cromos permitiría a los blaugranas reafirmarse en su postura de no pagar cantidades excesivas, y contentaría a los franceses.
Rakitic costó 20 millones en 2014, y está valorado en 40 millones en estos momentos. Su revalorización permitirá a los dirigentes culés cuadrar el círculo y mantener que Verratti no ha costado 100 millones.
