El Barça define la operación salida del ‘pez gordo’ del vestuario

El club estudia todas las posibilidades para aligerar la masa salarial y fichar a un 'crack'

El Barça ha ordenado a los departamentos implicados (deportivo y económico) que centren los esfuerzos en la planificación de la temporada 2016-17. El único requisito es mantener la estabilidad en las cuentas para evitar problemas mayores. Se puede fichar a plazos, pero no pagar salarios a plazos repartidos en años. Los responsables, en este escenario, estudian todas las posibilidades para aligerar la masa salarial y acometer el fichaje de, al menos, un crack, así como de jugadores de refresco.

El triplete y el tridente han puesto en un serio apuro a la parcela económica del club. Es muy difícil mantener la inversión en fichas tan elevadas (y pendientes de mejora) y las primas por los títulos ganados por estos mismos jugadores. No hay dinero para ello, salvo que entre un contrato (o más de uno) muy importante de un patrocinador. Pero el Barça no se mueve en esta hipótesis, dada la dificultad para cerrar acuerdos con grandes marcas por las cantidades suspiradas. En este contexto, la alternativa pasa por prescindir de un pez gordo. O más de uno.

Xavi, el ejemplo a seguir

Dani Alves y Javier Mascherano tienen todos los números para ser los sacrificados. Nada nuevo hasta aquí. Jugadores veteranos, con rendimiento decadente y elevadas fichas, son un estorbo para el Barça entendido como negocio. La novedad es la manera en la que el club puede abrir la puerta a los futbolistas. Los dirigentes saben que ambos tienen contrato en vigor y no pondrán facilidades a su salida de una posición acomodada si no llega una oferta más que interesante para ellos.

Alves, renovado exclusivamente por la necesidad de tener un lateral derecho ante la sanción de la FIFA, cumple contrato en 2017. El de Mascherano vence en 2018. Especialmente complicada se antoja la salida del primero, siempre duro en cuestiones económicas. El Barça, ante esta situación, se plantea repetir fórmulas pasadas, según ha podido saber Diario Gol: carta de libertad para el jugador e incentivos a su salida. Como ocurrió con Xavi. Es decir, el futbolista se marcha sin dejar un euro en la entidad y, a además, percibe parte del salario pendiente.

Gestión empresarial

La operación, a ojos del aficionado, parece de locos. El soci debe entender que nadie pagará más de cinco millones por Alves, ni más de ocho por Mascherano. Y que su salida incentivada el club la recupera a corto plazo, del mismo modo que puede destinar el salario libre a la llegada de nuevos cracks y gente joven para mantener el nivel de la última década.