Cristiano Ronaldo suelta la lengua en el túnel del Santiago Bernabéu

El 'crack' del equipo de Benítez abandona el terreno de juego con cara de incredulidad y duras palabras por la imagen personal y del equipo

Disgustado. Desquiciado. Pitado. Avergonzado. Cristiano Ronaldo es la viva imagen del momento que atraviesa el Real Madrid. En el clásico, el astro portugués se mostró (y van unas cuantas esta temporada) apático, desacertado y lento, en perfecta comunión con sus compañeros. Sus gestos de descontento durante el partido tuvieron continuación verbal al término del clásico.

Quejica, como de costumbre, con ganas de lanzar un penalti imaginario e impotente ante un excelso Claudio Bravo, CR7 abandonó el césped del Bernabéu refunfuñando. «Vergüenza, vergüenza, vergüenza», repitió en el túnel de vestuarios. Vergüenza por su partido y, sobre todo, por el de sus compañeros. La imagen de un equipo roto, incapaz de presionar al caminante Messi, ni al señalado Mathieu, seguro que ha avivado el sueño de CR7 de dejar el club en verano.

Sin apariciones. Con muchas bicicletas sin cadena. Con aspavientos. «Me ha empujado», dijo CR7 al árbitro, Fernández Borbalán, tras una jugada en el área. Una que, como tantas, tenía mucho de teatro del bueno. Como el intento de penalti que simuló Bale. La reacción de rabia de Ronaldo, cuello tenso, ceño fruncido y golpe seco al aire con la mano derecha tras el tanto de Andrés Iniesta (0-3), en el 53′, resumen su sentir.