Benítez se queda solo en la bronca del descanso de El Madrigal

El técnico recibe la indiferencia de un vestuario en el que apenas el amor propio de un par de jugadores intentó levantar el ánimo

Rafa Benítez quema los últimos cartuchos para intentar sacar algo de jugo de la plantilla que tiene a su cargo. En El Madrigal abroncó a sus jugadores en el descanso, tras el pobrísimo primer tiempo del Real Madrid ante el Villarreal. Apostó por mantener el bloque en el segundo tiempo, confiado de una reacción, aunque lo cierto es que se quedó solo con sus palabras en los vestuarios. Apenas el orgullo de un par de futbolistas intentó espavilar a un grupo que no cree en los métodos del técnico y que pasa de sus broncas.

El principal problema de Benítez es que hay jugadores que se sienten infravalorados por él, incluso despreciados. Una sensación que, sin duda, merma sus capacidades futbolísticas sobre el césped. Especialmente alarmante es la situación de James Rodríguez e Isco Alarcón. La relación con ellos es cero. Toni Kroos es el último fuego del vestuario. Tampoco Luka Modric está a gusto con el técnico, aunque fue de los mejores del Madrid en El Madrigal, y uno de los que intentó animar a sus jugadores en la reanudación.

El otro jugador que llamó la atención a sus compañeros es Pepe. El defensa se ha convertido en hombre fuerte en la entidad. Contacto entre el vestuario y la presidencia. Defensor de Rafa Benítez. El zaguero dio la cara también después del partido en la misma línea: «Jugamos sin espíritu de equipo». Unas declaraciones de las que la prensa portuguesa se ha hecho eco: «Pepe da un tirón de orejas al equipo». En la cúpula del club, para colmo, preocupa la actitud y la preparación física de los jugadores.