Bale o la bronca más bestia (y secreta): “¡Vergüenza!” (y está Sergio Ramos, Modric, Kroos y Marco Asensio)

Lo que ha pasado en el vestuario del Real Madrid

El Real Madrid vive unos días convulsos. La derrota ante el Sevilla todavía colea. Sobre todo por la manera en la que llegó. El equipo de Machín pasó por encima del de Julen Lopetegui. En poco menos de 40 minutos los hispalenses ya habían marcado tres goles. Una imagen más que preocupante.

Solo Gareth Bale consiguió llevar algo de peligro al área sevillista. Y es que el galés fue la luz entre tanta sombra que dejó el Madrid en el Sánchez-Pizjuán. Es por eso que el galés se libró de la bronca más bestia que se ha vivido en el vestuario blanco en los últimos años.

Sergio Ramos puso el grito en el cielo

Fue el capitán el que dio un paso al frente. Ante la pasividad de algún jugador, y el poco poder de reacción de Julen Lopetegui, Sergio Ramos llevó la voz cantante en el descanso del partido ante el Sevilla. Las paredes del vestuario madridista temblaban.

Sergio Ramos | EFE

El camero no estaba nada contento con lo que acababa de ver, y explicó a sus compañeros lo que significa vestir la camiseta del Real Madrid. La palabra “vergüenza” fue la que más se repitió durante la arenga del central andaluz.

Sergio Ramos no quiere permitir que algunos jugadores se paseen por el campo. Puso las cosas en su sitio con cuatro gritos que le cambiaron la cara a jugadores como Modric, Kroos o Marco Asensio, que realizaron una primera parte lamentable en Sevilla.

El Atlético, la prueba de fuego

Después de la bronca, el derbi. Y este en concreto cobra una importancia mayúscula. Sergio Ramos sabe que el Madrid ha fallado en los grandes partidos esta temporada. Lo hizo en la Supercopa de Europa, en San Mamés y en el SánchezPizjuán.

Cree, como la mayoría del vestuario, que ante el Atlético es el momento ideal para dar un golpe sobre la mesa y demostrar que este Real Madrid sigue siendo candidato a todo. El partido de este sábado en el Santiago Bernabéu puede marcar un antes y un después para el equipo blanco. Y en el vestuario lo saben de sobras.