A Messi le dio igual la derrota del Barça. Lo que hizo al final en el Wanda (y que no se vio por televisión)

El delantero y capitán del Barça Leo Messi no mostró preocupación alguna por la derrota de los culés contra el Atlético

Leo Messi
Leo Messi

La derrota del FC Barcelona ante el Atlético de Madrid en el choque disputado este sábado en el Wanda Metropolitano fue la segunda prueba de fuego fallada por el equipo culé esta temporada en la Liga, después de haber caído hace alrededor de un mes ante el Real Madrid en el Clásico en el Camp Nou. Otro partido perdido que llega en medio de la profunda crisis deportiva, económica e institucional que atraviesa el club. Parecía que el primer equipo remontaba el vuelo en los primeros partidos de liga y en la Champions League, pero nada más lejos de la realidad.

Todo ello mientras Leo Messi, el capitán y presunto líder del equipo, va a lo suyo. No solo porque sobre el terreno de juego Leo vaya caminando. Algo que, al fin y al cabo, ha hecho casi toda su carrera. Su mejor virtud siempre ha sido la de activarse cuando el juego lo ha requerido pillando por sorpresa a los rivales. No.

Leo Messi en el Atlético de Mardid-Barça
Leo Messi en el Atlético de Madrid-Barça

Leo Messi ya se fue

Lo que hace que parezca que la cosa no va con él es la poca intensidad que pone en sus acciones. La desgana con la que se le ve sacando las faltas o atacando el área contraria. Como si la cosa ya no fuera con él. Una actitud fruto de la guerra civil que ha mantenido con Josep Maria Bartomeu este verano, tras la que ha quedado un Messi irreconocible, decaído y desinteresado. Es el Leo que ha dejado Bartomeu.

Todo ello mientras mantiene en su rostro esa cara amarga que pone durante buena parte de los minutos que disputa. Se pocos amigos Un rostro agrio con el que castiga en cada partido a todos los seguidores que siempre lo han apoyado.

Leo Messi
Leo Messi

La cosa ya no va con Messi

Una sensación de desinterés que se acentuó al final del encuentro de este sábado. Y es que mientras en otras derrotas se le ha visto seriamente mosqueado, enfilando el vestuario rápidamente, ahora ya no se calienta. Todo lo contrario.

Ahora se le ve tranquilo, intercambiando gestos distendidos con todos los rivales en intercambiando sonrisas, dando a entender que las derrotas ya no le duelen. Como definen en el diario As, se marchó “de manera burocrática, aceptando una derrota más”.