“Si viene Griezmann se va”. Messi avisa (y la cabeza rueda en el Barça)

Los pesos pesados del vestuario avisan sobre el fichaje pedido por Valverde

La relación de Ernesto Valverde con la plantilla del FC Barcelona es poco menos que excelente. Confianza y complicidad entre las partes. Unidos para ser más fuertes.

Los pesos pesados del vestuario saben que el Txingurri está a favor del fichaje de Antoine Griezmann, una oportunidad que ofrece el mercado y no puede dejarse escapar.

Los elevados precios que se dispararon el pasado verano y en el mercado de invierno obligan a Josep María Bartomeu a ir con todo a por El Principito, que tiene muchas otras novias.

Sin embargo, desde el Barça confían en convencerlo por tener el proyecto deportivo más ambicioso, unas posibilidades salariales óptimas y la seguridad de que está adaptado a la Liga y España.

Griezmann también ve el fichaje por el Barça como la mejor opción para no terminar mal con el Atlético de Madrid –sería un drama si se fuese al Real Madrid– y asegurar el tiro. Probar suerte en la Premier sería una aventura más arriesgada.

Dembelé, el gran damnificado

Además, la gran obsesión del galo es la Champions. Y solo ve un club capaz de rivalizar con el Barça y el Madrid por el título: el Manchester City de Pep Guardiola.

Pero el técnico catalán reconoció recientemente que su club ha invertido demasiado dinero en fichajes y que ya no está el horno para bollos. La plantilla del City está casi cerrada.

Todo ello hace pensar que Griezmann terminará en el Barça. Y en el vestuario, los pesos pesados que encabeza Leo Messi lo dan por hecho.

Sin embargo, también lanzan una advertencia: “Si viene Griezmann se va”. El fichaje del Principito dejará algún muerto en el Camp Nou.

El principal damnificado será Ousmane Dembelé. Con Messi, Luis Suárez y Griezmann como indiscutibles en el ataque azulgrana, el galo deberá conformarse con un rol secundario.

El plan del Barça: cuarto delantero

Tendrá minutos que ayudarán a su mejor adaptación y el dudoso honor de ser el cuarto delantero del equipo –su polivalencia le ayuda a poder jugar por cualquier lado y se siente especialmente cómodo por el centro, cuando no coincide con Messi–, pero tendrá que armarse de paciencia.

Dembelé fichó por el Barça a cambio de mucho dinero con la idea de tener minutos y oportunidades constantes. No será así. Su misión será ser el jugador número 12.

A su favor juega que tanto Messi como Suárez ya tendrán más de 30 años. Y lo normal es que el técnico empiece a dosificarlos cada vez más. Ahí entrará Dembelé.

Sin embargo, el jugador no acaba de asumir esa realidad. Costó 145 millones de euros y su obsesión es jugar y jugar. Hay quién dice que se plantea pedir una cesión.

La realidad es que en el Barça lo quieren para ser el cuarto delantero y una futura estrella. Ya lo intentaron fichar con ese cometido cuando todavía estaba Neymar en el equipo. Mismo plan.