“Si viene Griezmann me voy”. El crack del Barça que alza la voz

La urgencia del club catalán por cerrar nuevos fichajes galácticos abre la puerta de salida

Grandes operaciones para el mercado de fichajes futbolístico. El Real Madrid planea el asalto de París con el fichaje de Neymar –dos años vista– o, en su defecto, de Kylian Mbappé.

El Barça, por su parte, tiene un golpe maestro entre ceja y ceja con dos fichajes galácticos: Philippe Coutinho en invierno y Antoine Griezmann en verano.

El fichaje del primero colisiona con el centro del campo azulgrana: Andrés Iniesta o Ivan Rakitic pueden ser los grandes perjudicados. Además de suponer un tapón para otros cracks que suben con fuerza, como Denis Suárez, Sergi Roberto y el más débil André Gomes.

El segundo fichaje provoca una agravante mucho mayor: Luis Suárez lo ve con muy malos ojos. Al futbolista uruguayo no le hace ni pizca de gracia la contratación de Griezmann.

Suárez tiene claro que su amigo Leo Messi es intocable. Todo el Barça gira en torno a su figura. También sabe que el equipo se debe ir reinventando para que el astro argentino no se estanque.

La gran calidad de Messi hace que se pueda adaptar a los distintos cracks que fichen para convivir con él sobre el césped. Pero es necesario que vayan cambiando y, con ellos, evolucionando el sistema de juego azulgrana.

Los cracks que ya se fueron

Son muchos los que han caído por el camino: Samuel Eto’o, Zlatan Ibrahimovic, David Villa, Alexis Sánchez… Además de Pedro Rodríguez y Neymar, que se fueron voluntariamente por motivos similares: uno iba a vivir a la sombra del tridente y el otro vivía siempre a la sombra de Messi.

Luis Suárez podría ser el próximo. El Barça ha fichado a Ousmane Dembelé para que complete la tripleta de ataque y en el club gusta la idea de afrancesar la plantilla.

La nueva generación gala de futbolistas es muy prometedora y sumar Griezmann a los Umtiti, Digne y el propio Dembelé podría ser un buen golpe de efecto. Tampoco se descarta el fichaje de Aymeric Laporte en un futuro para suplir a Javier Mascherano.

El caso es que esta nueva situación enturbia a Luis Suárez. El pistolero, con la pólvora mojada desde que comenzó la temporada, ve peligrar su sitio en el equipo: “Si viene Griezmann me voy”.

Si bien sabe que Messi es intocable, no es tan obvia su posición de fuerza en el club. Se hace mayor y no tiene la capacidad del rosarino para vivir más de talento que de físico.

La última esperanza de Luis Suárez

Es por ello que entendería el fichaje de Griezmann como una invitación a tomar la puerta de salida. Un jugador de 100 millones de euros no llega para ser suplente.

La única alternativa que le podría salvar sería que Ernesto Valverde recupere su sistema predilecto: el 4-2-3-1. De esa forma, Busquets y otro jugador (Iniesta/Rakitic/Paulinho) se ubicarían en el centro del campo con Messi en la mediapunta y Dembelé, Griezmann y Suárez arriba.

Pero esta situación únicamente podría encajarle a Suárez en el caso de que no se cierre el fichaje de Coutinho, cuya negociación está cada vez más avanzada. Pinta feo para el charrúa.