Sergio Busquets o la que montó con Messi en el Barça (o en el Real Madrid no se habla de otra cosa)

El pivote defensivo azulgrana no ha vivido su mejor temporada en el Barça y ha mostrado su descontento con el club

Las épocas doradas de un equipo suelen dejar lugar a un periodo de readaptación al nuevo estatus, a la vez que se mira con melancolía los años pasados, y algunas figuras viven de esas rentas dejadas.

Es el caso del FC Barcelona que deslumbró al mundo, y del que queda poco a día de hoy. Las piezas claves que persisten al cambio de rumbo emprendido por el club, no obstante, tienen mucho poder de influencia, y lo utilizan sin un atisbo de duda.

Leo Messi es el líder indiscutible de este grupo, y con su renovación astronómica se dio inicio a una fase de revisión de contratos donde todo el mundo ha dicho “aquí estoy yo”. Pasó con un Iniesta que consiguió asegurar su jubilación tras un último año con contrato mejorado, y ha pasado también con un Sergio Busquets que no acostumbra a ocupar portadas.

Sergio Busquets y su futuro en el Camp Nou| EFE

El pivote defensivo barcelonista es consciente de que es una pieza clave en cualquier esquema culé, y ante las continuas mejoras que estaban recibiendo sus compañeros, así como la llegada de nuevos jugadores que se han colocado por delante de él en el escalón salarial, ha hablado claro con la directiva azulgrana.

Mejora o adiós

El canterano del Barça ha recordado a Josep María Bartomeu y su dirección deportiva que no se incorporó al proyecto de Pep Guardiola en el Manchester City bajo la promesa de una subida salarial, y ahora obliga a cumplir la palabra dada.

La secretaría técnica culé tendrá que hacer malabares para satisfacer sus peticiones pero se verá obligada a transigir con las exigencias de Busquets. Saben que provocar su enfado y exponerse a que alguien pague su cláusula de 200 millones de euros supondría la debacle frente a la afición, y ya hacen cuentas para presentarle una oferta inmediata.

En Madrid, mientras tanto, observan la situación con indisimulada felicidad. Florentino Pérez ha conseguido asegurar la continuidad de su proyecto sin hipotecar el control del club sobre sus jugadores, y contempla como el eterno rival se desgasta en agotadoras batallas internas.