“Sácalo”. Valverde calla (o la orden de Messi en el Barça)

Tiempo de cambios en el FC Barcelona. El próximo verano se prevé muy movido.

Andrés Iniesta está decidido a hacer las maletas rumbo al fútbol chino. Aunque en Barcelona puede seguir siendo necesario y él lo sabe –“No me veo fuera del once en los dos próximos años”, dijo– el dinero pesa mucho.

Otros futbolistas de menos empaque como Aleix Vidal, Lucas Digne, Paco Alcácer y André Gomes también están en la cuerda floja. Este curso apenas están contando para Ernesto Valverde.

Sin embargo, el jugador cuyo futuro se está poniendo más feo no es otro que Ousmane Dembelé. Sus desplantes, salidas nocturnas y falta de rigor táctico van camino de generar un lío.

El Txingurri no le concedió ni un solo minuto contra la Roma, en la ida de los cuartos de final de la Champions League, cuando todo el mundo lo daba como titular.

Su último partido fue contra el Sevilla, y dejó mucho que desear. Dentro del terreno de juego, sus compañeros –Luis Suárez, Jordi Alba o Rakitic– tenían que darle indicaciones constantemente. Fuera también se quejaron.

“Sácalo”, dijo alguien desde el banquillo. Y Valverde no tardó mucho en tomar la decisión, empezado el segundo tiempo. Leo Messi entró en su lugar.

Dembelé preocupa (y mucho)

Varios pesos pesados coincidieron en señalar su mal partido. Está muy verde todavía, a nivel táctico va perdido y también pierde muchos balones.

Esos mismos jugadores eran partidarios de que Dembelé no jugase contra la Roma, por no asumir riesgos innecesarios. Sergi Roberto, menos ofensivo pero más sereno, asumió su papel.

Aunque Nelson Semedo, detrás, dio algún que otro susto. Paulinho, por su parte, volvió a ser suplente a pesar de que durante un tramo de la temporada se había hecho un hueco en el once. Ha reculado.

Sin embargo, está claro que el problema reside en Dembelé. El club tendrá que tener mucha paciencia con un jugador pagado muy por encima de su valor real de mercado. Hay que formarlo y cruzar los dedos o venderlo antes de que se devalúe.