Reunión con Luis Enrique para frenar el fichaje de un crack

El cuerpo técnico no quiere otro gallo en el gallinero

No es un secreto que el FC Barcelona se encaprichó el verano pasado con el fichaje de Paul Pogba. Tanto Josep María Bartomeu, presidente del FC Barcelona, como Joan Laporta, el aspirante a destronarlo finalmente derrotado en las urnas, abordaron la posibilidad de fichar al centrocampista francés. Bartomeu presumió de contactos y emplazó al socio azulgrana a esperar un año. El objetivo era contratarlo en verano de 2016. Hasta que una reunión interna paró en seco la operación.

Luis Enrique Martínez, quién reconoció que el jugador es de su agrado, se reunió con su staff técnico, donde Juan Carlos Unzué tiene un papel fundamental, para valorar los pros y los contras. Joaquín Valdés, el psicólogo, también tuvo su cuota de protagonismo: ¿Interesa meter otro gallo en el gallinero? No era aconsejable. Fue la conclusión.

Tres frentes

Los motivos, principalmente económicos. La llegada de Pogba no solo debilitaría, y mucho, el ecosistema financiero del Barça sino que implicaba poner al jugador un salario de súper estrella, por encima de Neymar y Luis Suárez. Primer frente abierto en el vestuario.

A ello había que sumar la negativa de otro peso pesado, Sergio Busquets, que no se sentía cómodo con una competencia tan directa. Aunque Pogba en teoría jugaría más avanzado, el fichaje de Arda y el perfil físico del jugador invitan a pensar que su papel sería más similar al de Busquets, empeñado en jugarlo todo.

El tercer frente es su representante, Mino Raiola, que ya ocasionó algunos problemas con el fichaje de Zlatan Ibrahimovic. Su forma de actuar, agresiva, no gusta en el Camp Nou. Y, especialmente, incomoda en el vestuario, donde les jugadores no quieren tener que compartir los elevados ingresos del Barça con más sanguijuelas.