Piqué tiene un ataque de celos muy feo en el Barça con un crack

El central azulgrana explota y pone patas arriba el vestuario culé

​Gerard Piqué no es un jugador al que le guste morderse la lengua. Si hay algo que no considera justo lo dice. Ya sea a su presidente, a sus compañeros o incluso a la prensa. Y ahora lo ha vuelto a hacer, eso sí, el cabreo y el ataque de celos es de los importantes.

Todo gira entorno a Philippe Coutinho. Según apuntan las últimas informaciones, el crack brasileño podría llegar al Barça en este mercado de invierno. Al menos eso es lo que Bartomeu y Valverde quieren.

Y cuando llegue, aparte de convertirse en uno de los cracks del equipo, se convertirá también en uno de los mejores pagados. El del Liverpool cobrará una millonada. Ahí está el problema.

Quiere más

Piqué no tiene inconveniente en que Coutinho cobre los 12 millones anuales que cobrará una vez pase a formar parte de la plantilla blaugrana. El central, que ya sabe de qué va el negocio, sabe que una buena manera de convencer a este tipo de cracks para que fichen por el Barça es el sueldo.

El caso es que Gerard está negociando su renovación de con trato con el club y está pidiendo un aumento de sueldo que, de momento, no parece que vaya a acabar en buen puerto.

El defensa, que lleva media vida en el club, quiere que se le valore. Y en un mundo tan frívolo como el futbol, por mucho amor que sientas hacia tus colores, un jugador se siente querido por el club en base a lo que cobra. Ni más ni menos.

Dos situaciones distintas

Sin embrago, por mucho que el catalán esté reclamando un aumento de ficha, parece que Bartomeu y los suyos no están por la labor. Los motivos que esgrimen desde la directiva culé son muy simples: Piqué es un jugador que va a la baja. Ya ha dado lo mejor que podía dar en el Camp Nou y no quieren pagarle una millonada a un jugador que cada año está más cerca de la retirada.

No es lo mismo  un crack que va al alza, joven y con futuro como es Coutinho, que un jugador que ha superado la treintena y que ya lo ha jugado y ganado todo. El problema es que Piqué puede, y tiene todo el derecho del mundo, a pedirle al club recibir el mismo trato que Iniesta, al que renovaron ‘de por vida’.

Lo que está claro es que las negociaciones de renovación no van tan fluidas como a las dos partes les gustaría. Y va para largo. El defensa no piensa dar su brazo a torcer y desde el club saben muy bien que lo último que necesitan es aumentar el gasto en fichas. Un problema nada fácil de solucionar.