Piqué señala a la manzana podrida del Barça (y Messi sabe quién es)

Disparan con bala. Los pesos pesados del FC Barcelona se quedaron sin palabras después de la derrota contra la Roma (3-0) en la vuelta de los octavos de final de la Champions League, que dejó fuera a los culés de la máxima competición continental.

El vestuario fue un cementerio y muchos de los cracks no mediaron palabra hasta que no subieron al avión de vuelta a Barcelona. Hubo reproches y acusaciones, pero uno de los pesos pesados fue mucho más allá. Gerard Piqué señaló la manzana podrida del conjunto de Ernesto Valverde.

Piqué se remonta años atrás

Para encontrarla, el central culé se remonta a años atrás. Concretamente se va hasta Sandro Rosell, con el que empezó la decadencia del que había sido el mejor equipo de la historia.

Primero se cargó a Pep Guardiola, que a disgusto de muchos de los responsables salió por la puerta grande. Pero salió. Más tarde se obsesionaron con el fichaje de Neymar Jr, que aportó muchas cosas al equipo, sin duda, pero que a largo plazo se ha demostrado que no era la operación que debía cerrar el Barça.

La herencia de Rosell se carga el Barça

Por un lado, por los problemas que llegaron a partir de su contratación y que terminaron con un Rosell que había mentido en las cifras y terminó huyendo por ello por la puerta de atrás. Por otro, porque mientras tanto jugadores como Isco Alarcón, Luka Modric o Toni Kroos se iban enfundando la camiseta del Real Madrid. Para más inri, cabe recordar que el brasileño acabaría dejando tirado al Barça por dinero.

Asimismo, Josep Maria Bartomeu es el otro gran señalado. El actual presidente y sobre todo la secretaría técnica, son los que dejaron escapar a Ney, mientras que los fichajes que se han llevado a cabo bajo su mandato son en gran medida cuestionables.

Fichajes de medio pelo

Robert Fernández y compañía, a los que eligieron los actuales dirigentes, no han demostrado estar a la altura con incorporaciones como las de Arda Turan, Paco Alcácer, André Gomes, Lucas Digne, Nelson Semedo o Ousmane Dembélé, entre muchos otros. Y lo peor: no han dejado dinero en las arcas culés para afrontar nuevos fichajes de garantías.

Todos ellos han sido fichajes descompensados que han ido desequilibrando la plantilla y que han marcado la involución del equipo blaugrana.

La involución del Barça

Primero se renunció a la posesión y se apostó por un Barça que jugaba al contraataque a las órdenes de un Luis Enrique que puso el Barça en manos del tridente.

Más tarde Valverde se vio obligado a renunciar a los extremos, pues los efectivos que tiene en la plantilla no le permiten recuperar el mejor juego del equipo culé.

Piqué apunta a los técnicos

Pero ojo, porque el que Piqué señale a los que se han cargado al Barça no libra de culpa a los entrenadores.

 A Luis Enrique siempre le dio igual lo que le ocurriría al equipo catalán después de su marcha. El asturiano era un técnico que buscaba más los resultados a corto plazo que el construir un proyecto de garantías. Prueba de ello es que el equipo de la ciudad condal fue claramente de más a mucho menos.

Asimismo, tampoco Ernesto Valverde ha logrado revertir la situación. Todo lo contrario. El míster ha tenido que renunciar a los extremos por culpa de la gestión, pero tampoco ha sido capaz de aportar soluciones. El Txingurri ha convertido al equipo culé en uno más del montón, de los que se agarran a que la pelota entre para seguir sobreviviendo.  

En el vestuario opinan que el planteamiento del técnico es más propio de un pequeño que de un conjunto que pretende infundir miedo en Europa. A contrario, lo que provocó este martes fue una risa descomunal que resonaba incluso en la T4 del Santiago Bernabéu.

En lo que ha quedado el Barça

Y es que si algo se desprende de lo ocurrido en los últimos años es que el Barça se ha convertido en un equipo mediocre, que sí es cierto que tiene al mejor jugador del mundo, Leo Messi, pero que no tiene una plantilla que sea capaz competir con los mejores. El Barça es ahora un equipo muy bueno para estar por casa, pero menor cuando sale a competir en Europa.

El que el conjunto catalán se haya quedado fuera de la máxima competición continental en los cuartos de final desde que Bartomeu fue elegido, lo dice todo. El que en los últimos cinco, desde que Rosell fue presidente, solo se haya superado esta fase de la competición, lo confirma. El Barça se ha convertido en un equipo pequeño.